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HÉRCULES 2 - 1 MAR MENOR

Elliot pone líder al Hércules

Un zurdazo suyo desde fuera del área a dos minutos del final da la victoria a los blanquiazules después de fallar un penalti más que dudoso en la primera parte

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Partido Hércules - Mar Menor Jose Navaro

Detalles, gestos, actitudes. Horizontes posibles. Cielos menos plomizos, noches más amables que de costumbre, más electrizantes. Cambia el signo y lo hace a empujones. Con un equipo queriendo, recogiendo por fin el fruto del esfuerzo. Con el fútbol justo, sí, pero sobreponiéndose a todo sin dejarse desquiciar por los arbitrajes, cada jornada más grotescos. El Hércules se zafa de su fatalismo proverbial y remonta otro partido, el segundo en una semana, el segundo en tres jornadas, el primero del curso en casa.

Ganar con el impulso de los recambios es síntoma de buena salud, de objetivos al alcance, por fin. Y también de saber lo que se hace incluso cuando los guiones se retuercen hasta el grito. Mario Ortiz y Elliot Gómez desatascaron al equipo, ofuscado atacando contra diez. El mediocentro introdujo la pausa, el orden, la creación de espacios, y el tinerfeño lo demás, la clase, la velocidad, el regate y lo más bello, el golpeo. Lo había intentado antes, pero fue a dos minutos de la conclusión, cuando el Mar Menor ya notaba el resoplido de la derrota en el flequillo.

Ubis adelantó al Mar Menor desde los once metros y Páez firmó el empate en propia puerta

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El tinerfeño recibió un balón fuera del área a cinco metros del vértice, avanzó lo justo, se preparo la bola, midió, armó la pierna y, con todo el mundo mirándole, dibujó un zurdazo imparable que, sin apenas giros, seco, directo, a media altura, se fue alejando del portero en busca del poste hasta entrar en la portería como entran los forajidos en las tabernas del Oeste, con violencia, sin vacilar, sin dar la posibilidad de revancha al adversario.

Un golazo. Otro de un delantero que debió ser el tercero de no haber anulado una intervención de Chuli a puerta vacía . Incluso el cuarto, si Raúl González hubiera acertado desde el punto de penalti. Crece el proyecto blanquiazul, lo hace sin alardes, desde atrás, sublimando el orden, sin perder la fe, y lo más interesante, disponiendo de alternativas tácticas, colectivas e individuales, sacándole todo el jugo a la lista de convocados, una circunstancia que parece evidente, pero que en las últimas temporadas ha costado mucho ver en Alicante.

Adrián López hace una gran parada a los 4 minutos de partido. José Navarro

La confianza en Adrián del entrenador a pesar del fallo garrafal en el protoderbi de la capital es una muestra de la honestidad con la que ha decidido aplicar su producción estratégica Sergio Mora, pensando en bloque, en compactar, en convertir el 4-4-2 en un sistema útil, sólido. Va camino de lograrlo, únicamente le resta encontrar el modo de trasformar el dominio posicional, que casi siempre lo consigue, en un espacio de circulación para la pelota con una mínima continuidad.

Abrazo a Elliot en la celebración Jose Navarro

Hasta ahora, la inocencia arbitral, acorde a la categoría, ha impedido desarrollos naturales. Siempre ha tocado improvisar sobre la marcha. Lo bueno es que esa reacción a las coyunturas desfavorables se ha hecho con argumentos lógicos y futbolistas que han respondido a la propuesta.

Cuando el colegiado creyó oportuno convertir en una pena máxima el piscinazo infame de Loren, que se tiró al suelo de manera súbita en cuanto sintió el roce de la mano de Nico encima de su dorsal, abrió la puerta a un destino contrariado, otro, el enésimo. Adrián se lanzó bien, casi detuvo el disparo de Ubis desde los once metros, aun así, no evitó el 0–1.

Lo mejor

La lectura del partido y la reacción de la segunda unidad: Sergio Mora reaccionó bien a los inconvenientes que fueron apareciendo en el choque. Sus movimientos resultaron siempre útiles. Sumó todo el equipo, los 15 que jugaron rindieron a un nivel muy apreciable.

Lo peor

El desconcierto que genera la deficiencia de los arbitrajes: Es muy complicado adaptarse a las decisiones de los colegiados si cada uno presenta un manual de interpretación sin pautas fijas. Tres partidos y tres actuaciones arbitrales, cuando menos, desconcertantes.

De nuevo a pelear contra el reloj, la desgracia y la poca predisposición del rival al riesgo. Mora dejó a Miguélez en la ducha al descanso. Sacrificó al extremo en su debut –bueno entre tanto gris–, y lo sustituyó por Aketxe.

El delantero vasco, sin el tono de forma que requiere, abrió espacios, captó el interés de los centrales y, con ello, liberó a Nico Espinosa porque ahora su marcador estaba más pendiente de las ayudas que en la primera parte.

Regreso de Aketxe: el delantero vasco deja atrás la lesión en el sóleo

Tenía para tres semanas y ajustó los plazos. Entró en la convocatoria para poder participar si era necesario y disputó toda la segunda mitad. El atacante vizcaíno, uno de los hombres importantes del proyecto, acusó la falta de ritmo, pero dejó buena nota de lo que puede ofrecer. Bien situado casi siempre, lo único que le faltó fue el grado de anticipación que te da la forma física. Aketxe ha vuelto.

El canterano está lejos de ser Abde, pero no le pesa, al revés. Aprovecha sus recursos y su zancada potente para generar acciones positivas. No se arruga, va hacia arriba, adelante con todo. Lo hizo nada más reanudarse el encuentro y su centro al área, con mucho peso, tenso, lleno de veneno, lo metió en propia puerta Rafa Páez, consciente de que si dejaba pasar ese balón, Raúl lo aprovecharía. El empate templó al equipo, pero no le rescató de su inercia. Faltaban pasillos interiores, sobraba musculatura en la contención y riesgo de segundas tarjetas; se necesitaba agilidad, más flexibilidad, física y mental. Mora lo resolvió quitando a Carlos David, Toscano y Bikoro y dando entrada a Elliot y Ortiz.

Los dos reordenaron el flujo de ataque, descubrieron a Chuli, que pudo marcar en dos ocasiones muy claras, facilitaron la combinación con Aketxe y alternaron el despliegue por bandas con el ataque entre líneas. Ellos dos derribaron el 4-4-1 que dejó invariable Javi Motos tras la expulsión de Sergio León en el 38.

El Hércules acorraló al Mar Menor, lo encerró en su área a propósito y con un zurdazo en pleno vendaval del delantero canario volvió a teñir de épica humilde otra noche de esas que te llevan a la cama sin poder cerrar los ojos para amanecer líder.

LA FICHA

Hércules: Adrián López; Carlos David (S. Molina, 62’), Diego Jiménez, Álex Martínez, Solbes, Bikoro (Mario Ortiz, 62’), Sandro Toscano (Elliot Gómez, 76’), Pau Miguélez (Aketxe, 46’), Nico Espinosa, Raúl González y Chuli (Pedro García, 90’).

Mar Menor: Facu Ackermann; Javi Ramírez, Rafa Páez, Morros, Molinero, Ubis (Parada, 40), Fran Moreno, Sergio León, Andrés Silvente (Titi, 63’), Loren Burón (Nacho Pérez, 80’) y Peque.

Goles: 0-1, Min. 32: Ubis (de penalti); 1-1, Min. 46: Rafa Páez (p.p.); 1-2, Min. 88: Elliot Gómez.

Árbitro: Alexander González González. Mostró tarjetas amarillas a Carlos David, Álex Martínez, Bikoro y Aketxe, del Hércules; y a Sergio León y Silvente, del Mar Menos. Expulsó a Sergio León, por doble amonestación, la primera en el minuto 20 y la segunda en el 38.

Incidencias: Partido de la tercera jornada en el grupo 5 de la 2ª RFEF disputado en el José Rico Pérez de Alicante con cerca de 4.000 espectadores en la grada del estadio alicantino.

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