Despertar de la pesadilla. Volver a andar erguido. Caminar sin torcerse, acelerar, creer que es posible y hacerlo sobre el césped. El Hércules vuelve esta tarde a competir (19 horas, Footers) y lo hace después de seis días masticando un desastre difícil de digerir, el sufrido el pasado domingo en Alzira, con una descomposición en la segunda parte sin precedentes desde hace seis años.
Lo que ocurrió en el Suñer Picó tiene que enterrarse cuanto antes. Para ello es necesario tornar a sumar de tres en tres, sellar una victoria delante de tu público para que el demonio de la primavera pasada se exorcice convenientemente sin dejar cicatriz ni trazo de azufre por el que morir asfixiado.
A estas alturas ya nadie cree en los milagros. Todo lo bueno que tenga que pasar, si pasa, será fruto del trabajo, de la creencia en un sistema y en la eficacia de este, fundamentalmente a la hora de atacar. El concepto defensivo está asentado, lo que no acaba de cuajar es el modelo que permita poner en contacto con el balón a los futbolistas con más calidad. Para eso es posible que Mario Ortiz, suplente siempre, tenga la oportunidad de salir de inicio. El rival, el Socuéllamos, permite flexibilizar el centro del campo, restarle peso al doble pivote que forman Toscano y Bikoro y dar entrada a un jugador con más pausa y más pase.
El conjunto de Josico empató a cero en La Nucía y a uno con el Eldense en casa, y ha caído con Levante B y El Ejido
También parece evidente que Pedro Sánchez, escorado en la banda derecha, pierde conexión con la circulación del balón. En el esquema de 4-4-2 que propugna el entrenador del Hércules solo tendría espacio detrás del delantero, pero ahí, el preparador madrileño ha preferido hasta el momento a un «especialista». Sin Aketxe, autoexpulsado en el desplazamiento a Alzira con dos amarillas seguidas tras burlarse del colegiado, Chuli debería ser el escudero de Raúl González, inamovible por todo su trabajo, tanto de contención, como de apertura de espacios.
El de Aspe tendrá que acostumbrarse a arrancar desde la derecha y jugar hacia adentro con cierta libertad, pero para ello habrá de emplear una energía que no tuvo cuando los blanquiazules se quedaron con uno menos a los 15 minutos por la expulsión de Adrián López en un error individual, este sí, de consecuencias desastrosas para el equipo blanquiazul.
La baja del guardameta abre la titularidad a Jesús Fernández. El exportero del Real Madrid, que desde 2014 no logra tener continuidad en la portería por unas razones u otras, necesitará un ejercicio de personalidad realmente importante después de encajar cuatro goles en 45 minutos hace seis días. Todos los ojos están puestos en él. Dispone del encuentro de esta tarde y el del miércoles, frente al Ebro, para adueñarse de los tres palos. En sus manos está.
El equipo manchego, fundado en 1924, solo ha disputado cuatro campañas en 2ªB en sus casi cien años
La buena noticia es el regreso a la competición de Javier Acuña. Hoy se cumplen 210 días desde que salió en camilla del Mini Estadi de Villarreal. El «Toro», que ha culminado dos semanas de entrenamiento a un nivel de intensidad muy apreciable, entra en su primera convocatoria 14 partidos después. A él también le mirarán, pero será con otros ojos, los del anhelo general de que por fin le salgan las cosas bien al paraguayo, que en tres ratos se ha ganado el respeto de la grada.
Vuelve a haber sombras porque el oscurantismo se ha instalado en la enfermería. Ha cambiado el servicio médico, pero no la forma de entender la parcela deportiva. Nico Espinosa y Tano Bonnín son más que seria duda. Los dos por molestias musculares de mayor o menor gravedad. Visita el Rico Pérez el penúltimo clasificado, que en sus casi cien años de vida (fundado en 1924) solo ha estado cuatro años en 2ªB, su cota más alta. Su mejor resultado, el empate, uno de ellos en La Nucía (0-0). Toca volver a ganar... sí o sí.
