Tras la dura derrota en Alzira, el técnico del Hércules decidió apostar por la continuidad y la confianza. Repitió once con la única novedad del regreso del joven Nico Espinosa. No hubo revolución tras la debacle. Sin embargo la apuesta le duró poco al entrenador. Toscano se lesionó casi en la primera acción del partido y antes de la media hora Nico pidió el cambio de nuevo por un problema muscular. La mala fortuna se cebó con el conjunto blanquiazul.
En el primer tiempo el ritmo se apagó con las lesiones. El guión del partido fue claro desde el inicio. El Yugo Socuéllamos de Josico se atrincheró atrás, con una defensa ordenada y efectiva. Los locales recuperaban rápido el balón, pero luego no lo traducían en ocasiones claras. Al descenso se llegó sin goles y con apenas acciones relevantes. Más próximos siempre al bostezo que al espectáculo.
Para ponerle más tensión al envite, el segundo tiempo arrancó con un disparo de Ginaid al palo y otro de Huertas rozando el poste. El Rico Pérez veía de nuevo a su equipo lleno de dudas y con lagunas en defensa. El técnico local buscó agitar el partido con el deseado regreso del “Toro” Acuña. Con cambio de sistema incluido y apostando por los tres centrales y los laterales más ofensivos.
Nada salió bien. El equipo menguó y se apagó en los minutos finales. Llegando a dominar en algunas fases el voluntarioso Yogo Socuéllamos. Segunda decepción consecutiva, en un partido áspero y sin ideas. La derrota en Alzira tuvo continuidad en un encuentro deficiente. La próxima semana tocará mejorar sensaciones en Pulpi, ante otro rival de perfil bajo y que busca la permanencia como gran objetivo. El Hércules sigue atascado y sin ideas. Punto que sabe a paso atrás y derrota.
