Vidas paralelas. Historia compartida con las sombras devorando el brillo que aún les queda a ambos. Buscando una salida, una esperanza, un golpe de fortuna que les devuelva al camino correcto del que se salieron hace más de una década. Hércules y Murcia vivirán esta tarde, a las 17 horas, su 86º enfrentamiento directo en un partido oficial. Un clásico, casi un derbi de proximidad. Un duelo de rivalidad siempre que, en este caso, añade a la ecuación necesidad, miedo y angustia.
A los dos les urge ganar, enderezar el rumbo, despertarse de la pesadilla recurrente que les arrebata el orgullo de vestir dos camisetas históricas. Descolgados de la parte más noble, viendo la cabeza desde fuera de los puestos de promoción, los dos clubes ansían un triunfo que les meta de nuevo en la pugna. Cualquier otro resultado acarreará consecuencias, algunas traumáticas, sobre todo para los técnicos.
Sergio Mora, en el ojo del huracán, recupera a Nico, Álex Martínez y Bikoro y debe decidir si los alinea de inicio o los reserva
En Alicante, todos los focos apuntan a Sergio Mora, incapaz de hallar el modo de dotar al equipo blanquiazul de la pegada que requiere y, lo que es peor, de blindar un sistema defensivo que justifique el modo de jugar, generalmente especulativo, dejando que sea el rival quien cargue con el peso de los partidos. Funcionó tres jornadas, las primera, pero desde la debacle de Alzira (0-4), el Hércules exhibe una inestabilidad muy preocupante, perniciosa, sobre todo en su propio estadio, donde han volado ya 9 de los 15 puntos que se han disputado.
Enrique Ortiz todavía cree en su entrenador, en su trabajo, pero el lunes le recordó en Foncalent al preparador madrileño que está obligado a poner freno a la sangría como local y a que se note sobre el césped una clara mejoría. De lo contrario, el propietario ejecutará la sentencia que dicte desde la grada la afición del Hércules.
No ha escuchado un «ultimátum» tan aparentemente claro su homólogo Mario Simón, pero la continuidad de este, discutida desde hace semanas, salió muy tocada de la remontada del Eldense en la Nueva Condomina el pasado domingo (1-2). El Real Murcia se planta en Alicante con casi 800 aficionados, la mayoría integrados en los cinco autobuses que ha fletado la Asociación de Peñas del Murcia (FEPEMUR).
El preparador grana no tiene bajas. Pablo Ganet, compañero de selección de Bikoro y Belima, «se encuentra en las mismas condiciones que el resto», según el técnico murcianistas. Con quien no podrá contar seguro es con su último refuerzo, Alberto López. El lateral zurdo del Recreativo Granada, que se quedó en paro antes de que cerrase el mercado estival, ocupa la ficha que ha dejado libre el central de Puerto Lumbreras Antonio López, al que la detección de un problema cardiaco le ha obligado a precipitar su retirada.
Sergio Mora sí puede echar mano de José Manuel Fernández para tapar el agujero defensivo. El lateral derecho está inscrito y es físicamente acto, como casi todo el equipo. Tan «solo» Toscano y Acuña, dos titulares, están de baja, lo mismo que Solbes, aunque el central no convence a Mora. Las altas obligan a introducir cambios y a decidir si quienes acaban de recibirla, Nico y Álex Martínez, salen de inicio, sobre todo el canterano. Bikoro vuelve al once. En principio, solo le vale ganar... a todos.
