Es insólito por infinidad de motivos. Un hito histórico. Una efeméride de la que sentirse orgulloso, una rareza que, en el fútbol actual, condicionado por la presencia a borbotones de pasaportes comunitarios en todos los clubes de la Unión Europea. Jean-Marc Bosman, sin pretenderlo, pasó de ser alguien invisible a un «héroe» del derecho laboral. Demandó al RFC de Lieja, y el Tribunal Superior continental le dio la razón. Aquel dictamen judicial de 1995 eliminó las indemnizaciones por traspaso y, por añadidura, prohibió que hubiera un cupo máximo de futbolistas del viejo continente en cada franquicia.
La medida restó trascendencia a las canteras y complicó la explosión de las figuras del fútbol formativo en los clubes de su ciudad natal. Ha tenido que transcurrir casi un cuarto de siglo para que dos compañeros nacidos en la ciudad de Alicante marcaran sendos tantos en un mismo encuentro del Hércules. Han hecho falta 24 años para repetir la hazaña que firmaron el 14 de septiembre de 1997 dos referentes absolutos del herculanismo: José Vicente Lledó y José Antonio Palomino.
La base de datos creada por el periodista Ramón Pérez, que abarca los 99 años de vida de la entidad blanquiazul, no ofrece discusión. En aquella tercera jornada de Liga, en Segunda División, el Toledo visitaba el José Rico Pérez y el bloque formado por Falagán, Martagón o Paquito y entrenaba Quique Hernández, pasó por encima del cuadro castellano, en el que estaban, entre otros, el portero De la Fuente, el alicantino Alejandro Valera, y el talento incipiente de Rufete, Casquero y Unai Emery.
Lledó, igual que Raúl Ruiz el domingo frente al Murcia, fue quien inició la goleada, quien derribó el muro, el responsable de indicar a sus compañeros el camino de la victoria. La leyenda blanquiazul, ahora entrenador del CFI Alicante que se medirá con el Betis en la primera ronda de la Copa del Rey, marcó a los cinco minutos. El actual capitán necesitó 15 más. El paralelismo va más allá de la repetición de los nombres de pila de los protagonistas de cada uno de los encuentros.
Ambos envites se resolvieron en la segunda parte. Alfaro marcó el 2-1 tras el descanso (el murciano Francisco Jurado Molina firmó el empate a uno en el 24), en el 49. Bolo, en el minuto 82, hizo el 3-1. Y cerró la goleada Palomino a 120 segundos de la conclusión, igual que hizo Aketxe frente al Murcia. Raúl Ruiz y Raúl González honran el sentimiento de pertenencia, la adhesión a un escudo, a unos colores de la misma manera que hicieron 24 años antes que ellos dos figuras enormes, dentro y fuera del campo.
Lo consiguieron en la segunda categoría después de haber jugado en Primera con el club de la capital. Ahora la distancia con la élite es mucha, abismal, pero la emoción de marcar en tu estadio, con tu gente, con tus vecinos mirando, esa no cambia nunca.
