La dirección condiciona. El sentido del viaje predispone el futuro. Todos lo saben. No es lo mismo venir que irse. El Hércules cruzó el Estrecho el jueves, atravesó el mar en el que muchas almas desaparecen masticadas por un destino fatal. Lo hizo con rumbo inverso, volando desde el primer mundo, sin mojarse, sin tiritar. Ha pasado allí dos noches con una sola preocupación en la cabeza: ganar hoy en Melilla (12 horas).
Más de tres décadas después, los blanquiazules regresan al municipal Álvarez Claro, el mismo campo en el que se impusieron 0–2 en 1965 con tantos de Poyoyo y Lapetra. Después, todo fue perder allí. Un punto separa a ambos proyectos en la clasificación. El que dirige el ex entrenador del Hércules Manolo Herrero parte este mediodía con una ligera ventaja. Su fútbol de elaboración, posesión y circulación rápida, contrasta con el que defiende el ahora inquilino del banquillo que él ocupó. Sergio Mora lo fía todo a la contención, al dominio zonal de los espacios, a las ayudas, la intensidad en la marca individual, a la transición rápida.
Dos estilos, pero un solo objetivo: la victoria. Los alicantinos no han dispuesto de campos de césped natural en su «larga» estancia melillense. Han entrenado en dos ocasiones y ambas han sido en superficies diferentes, las dos sintéticas. Desastres que ocasionan las pequeñas miserias que envuelven a la SAD de la familia Ortiz.
El preparador madrileño se llevó a 19 futbolistas hasta el aeródromo de Málaga, pero hoy solo podrá disponer de 18, uno verá el choque desde la grada. Entre Mario Ortiz y Rubén Belima parecen repartirse todas las papeletas. Adrián regresa al once nueve jornadas después de su expulsión en Alzira. Allí agotó la paciencia de Mora. Jesús Fernández, que había encontrado el modo de ser trascendente y sobreponerse a la falta de confianza con la que regresó a España este verano, sufre una lesión en el pie que le tiene de baja. El infortunio nunca cesa.
El joven portero del Hércules goza de la segunda oportunidad de demostrarse que puede hacer de su pasión un oficio con futuro. Junto a él, debería «estrenarse» José Manuel. El lateral derecho fichado para ser el especialista defensivo que el técnico no encuentra en Raúl Ruiz, tiene muchas opciones de debutar en Melilla. Si lo hace, Diego Jiménez se sentará en el banquillo para dejar su lugar en el centro de la zaga a Carlos David, que hace siete días se ganó la titularidad firmando un excelente partido en el triunfo sobre el Murcia. La estructura será muy parecida a la última, con Bikoro por delante del pivote defensivo César Moreno; Pedro Sánchez cerca del balón en el carril central del ataque; y, en principio, con Elliot y el capitán, buscándole desde la banda. Aketxe, con 4 tantos, liderará la ofensiva y el proyecto sobre la hierba en pésimo estado del estadio municipal melillense.
Herrero tiene en el exblanquiazul Fran Núñez a su segundo máximo goleador (3). Está aprovechando el desborde y la velocidad del extremo al que fichó y luego sacrificó Carmelo del Pozo tras la fuga de Abde al Barça para ganar una ficha profesional. El Melilla suma cuatro triunfos y dos derrotas (Granada B y Mar Menor) como local, ambas en el arranque de la Liga.
«Pepe» Kustudic se une a la nómina de embajadores del Centenario
Miodrag Kustudic (Lovcenac, 1950) es el cuarto embajador del Hércules cuasi centenario. El delantero montenegrino, afincado en Alicante, aterrizó en el equipo en 1978 y permaneció en él tres temporadas en Primera coincidiendo con la etapa más gloriosa del club. Disputó 75 partidos como blanquiazul y anotó 40 goles, tres de ellos en un mismo partido contra el Valencia. «Es un orgullo, estos son el club y la ciudad de mi vida», explica el «nueve».
