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Pena máxima

En los 14 partidos de Liga que ha disputado el Hércules se han lanzado un total de 13 penaltis, siete a favor del conjunto alicantino y seis en contra

Raúl González felicita a Aketxe tras señalarse un penalti. | JOSE NAVARRO

Una suerte repleta de tópicos, de épica ingobernable, de circunstancias extrañas. Infestada de risas, de lágrimas y de sudores fríos o de gota gorda. La pena máxima en el fútbol encierra en sí misma una hermosa paradoja, la que surge de confrontar la desazón que provoca en quien la sufre y el júbilo incontenible de quien la tiene que ejecutar. A menudo se da por hecha, por conseguida, por resuelta, pero esa es otra mentira homeopática del fútbol ficción.

El balompié está lleno de fallos desde los once metros, el error al lanzar es moneda de cambio habitual, un lugar común. Lo que seguro no lo es, son las veces que se ha efectuado esta suerte en los partidos del Hércules en la presente temporada. Desde que comenzó el campeonato, en los encuentros blanquiazules se han señalado 13 penaltis, casi uno por jornada.

En las primeras 14 fechas, los colegiados han pitado siete a favor del conjunto de Sergio Mora y seis en contra. Nunca antes en la historia reciente del club alicantino fuera del fútbol profesional se había producido una circunstancia así, claro que tampoco antes había estado tan abajo como ahora.

Cuanto más ínfima es la categoría, menos experiencia tienen los colegiados. La juventud de los jueces y la veteranía de los delanteros más resabiados da como consecuencia una eclosión inefable de faltas castigadas dentro del área insólita en competiciones de rango más elevado.

El Hércules ha aprovechado muy bien todos los penaltis que le han señalado a favor. Ha hecho casi un pleno. El único de los siete que ha fallado, lo tiró Raúl González en la tercera jornada, frente al Mar Menor. No hubo que lamentar daños porque al final se obtuvo la victoria (2-1) con la inestimable colaboración de Paéz que, con su tanto en propia puerta tras la reanudación, hizo justicia a lo visto sobre el césped.

Antes, en el primer partido, el que se responsabilizó de ejecutar la pena máxima fue Pedro Sánchez, que volvió a repetir en la goleada en Pulpí. Acertó en ambas ocasiones. Después de tres jornadas sin caídas punibles en las inmediaciones del portero, llegó el derbi contra el Eldense. Sin especialista asignado, en el Nuevo Pepico Amat se vivió la secuencia que lo cambió todo... para bien.

Uno a uno en el marcador. Minuto 73. Penalti a favor del Hércules. Raúl González, sin el de Aspe en campo, ausente por lesión, coge la pelota para asumir la responsabilidad y redimirse. Antes de ponerla sobre la cal, se le acerca Aketxe, intercambian un diálogo muy breve, y el vasco le arrebata el balón al «nueve». Gesto serio en ambos. El vizcaíno toma carrera y... tiro impecable, inalcanzable para el portero.

La escena de disputa no se ha repetido más. Desde ese día, Isaac mima el balón, lo coloca con ternura y lo patea con rencor. Tres más anotó después, cada uno diferente al anterior. De los seis que han tocado en contra, Jesús Fernández y Adrián López han detenido dos, uno cada uno, y ambos clave para la obtención de los tres puntos.

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