Mañana larga en Fontcalent. Mientras la lluvia repicaba en el techo de los barracones, plantilla y cuerpo técnico hacían terapia de grupo tratando, entre todos, de buscar soluciones urgentes al colapso del equipo como visitante en la segunda vuelta. Cerca de dos horas mantuvo Sergio Mora a su plantilla reunida en la sala de vídeo para analizar de manera conjunta los errores que facilitaron el triunfo de La Nucía en el Camilo Cano.
La falta de contundencia en la acción defensiva que posibilitó el tanto local, la pérdida de los duelos individuales en los balones divididos, la indulgencia en las marcas, en los centros laterales y la falta de respuesta colectiva al gol encajado cuando aún faltaba media hora por disputarse centraron el grueso de la exposición del técnico, que obtuvo la complicidad de la plantilla consciente del naufragio contra el líder.
La incapacidad para detener en beneficio propio el choque en momentos puntuales, de pausar el juego de forma inteligente, de cortarle el ritmo al rival para evitar su crecimiento en la segunda mitad fue otro de los puntos a debate dentro de la caseta en la que todos estuvieron de acuerdo en que no se puede vivir, dentro del campo, cada gol en contra como un desastre insalvable.
«La historia se repite, es como si no aprendiéramos de nuestros errores, fue una decepción grande»
Casi 120 minutos para intentar aislarse del presumible ruido externo, para cerrar filas en torno al técnico y centrar toda la energía en un triunfo este domingo en otro derbi, de nuevo crucial tras el despropósito protagonizado en el Olímpic.
«Esta siendo un día muy difícil y muy complicado para todos. La historia se repite, es como si no aprendiéramos de nuestros errores. Teníamos muchas ganas, mucha ilusión por hacer un buen partido en La Nucía, de ganar, de dar un golpe en la mesa y… fue una decepción muy grande. Es duro tener que salir cada dos semanas a explicar lo mismo cada vez», lamentaba después de la sesión de trabajo leve el capitán del equipo, Raúl Ruiz, dispuesto a dar la cara siempre que es necesario.
«En lo único en lo que hay que pensar es en ganar el domingo, ni en la primera plaza ni en la promoción porque no vale de nada. Hay que centrarse en Eldense. Esto es una escalera en la que te puedas saltar dos peldaños», advertía el atacante alicantino. «En este equipo vamos todos de la mano con nuestro entrenador porque él es importantísimo. Le tenemos todos como el líder del vestuario. Vamos a muerte con Sergio (Mora), en eso no hay ningún tipo de debate», avisó el capitán antes de lamentarse por algo muy evidente: «Solo con un empate en La Nucía habría cambiado mucho la cosa».
