Dos de una tacada. Sergio Fernández y Horacio Moyano se han sumado a la nómina de embajadores ilustres del Hércules que representan los valores del club el año que celebra su siglo de existencia. Ambos recibieron de manos de los integrantes de la comisión que preside Manuel Palomar la camiseta conmemorativa con los colores fundacionales de la entidad, el rojo y el blanco, con los que se ha confeccionado un uniforme especial que lucirá el equipo la temporada que viene y la venta en la tienda oficial del club por 75 euros, todas las tallas, incluidas las más pequeñas.

El atacante de Santa Fe llegó al Hércules procedente de Newell's Old Boys y militó en el club alicantino durante cuatro temporadas seguidas en su etapa dorada, entre finales de los 70 y principios de los años 80, y posteriormente en el curso 1985-86, cedido por la entidad grana, aunque con un papel casi testimonial en el tramo final de un campeonato que acabó con el descenso.

El argentino Horacio Moyano posa con la camiseta conmemorativa del Centenario del Hércules. INFORMACIÓN

Moyano, que anotó nueve goles con el Hércules, fue traspasado al Real Betis y de ahí pasó al Real Murcia, club en el que también dejó una gran huella entre la afición. De hecho, este pasado domingo, con motivo del «clásico», el argentino, de 65 años, realizó el saque de honor desde el centro del campo entre los aplausos de las dos hinchadas presentes en la Nueva Condomina.

Por su parte, el central leonés permaneció seis temporadas ininterrumpidas en el primer equipo blanquiazul, del que llegó a ser capitán en sus últimos años antes de marcharse también al conjunto grana. Sergio Fernández, que desde su retirada en 2010 ejerce como director deportivo, actualmente en el Alavés, logró en 2005 el ascenso a Segunda con el Hércules que heredó Juan Carlos Mandiá de Carlos Granero y Javier Subirats, que le precedieron en el banquillo.

Sergio Fernández, titular indiscutible en toda su estancia como blanquiazul, disputó más de 200 partidos como herculano tras su llegada a Alicante procedente de la Cultural Leonesa en 2003. Su salida del club el verano de 2009, como la de otros emblemas de la entidad sobre el césped y para la grada, se produjo de un modo poco memorable.