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ANÁLISIS

Sobre los hombros de Bikoro

►El interior volverá a ser titular el domingo después de seis semanas sin formar de inicio, la última por decisión técnica ►La involución en el juego del Hércules ha tenido en la larga ausencia del ecuatoguineano una de las causas más evidentes

Federico Bikoro corre junto a Pedro García y Adrián López, en un entrenamiento, en Fontcalent.

Todos los vestuarios están hechos de materia altamente inflamable. El ego arde bien, de hecho es lo que primero prende cuando salta alguna chispa. Perder tiempo en hacer creer al mejor del equipo que en realidad no lo es, supone solo eso, un gasto de energía porque es una tarea que llega tarde. Ese es trabajo de enseñanza secundaria, del equipo de la escuela en el que creces. Después, cuesta mucho, puede que hasta te cueste el ascenso a la Primera RFEF. 

De la multiplicidad de formas de reconducir conductas hedonistas, seguro que la peor es castigar sin jugar una semana más a quien ya lleva cinco viendo partidos desde la grada. Y no lo es porque le afecte a él, sino porque daña el proyecto en su conjunto, uno caro que se juega mucho y que implica a una ciudad entera. Si encima te quedas a medias y solo aguantas el pulso 45 minutos, entonces el mal va mucho más allá y retrata a los protagonistas.

ERROR SOBRE ERROR

Calibrar las consecuencias de los castigos es esencial siempre

Si el daño que provocas con un toque de atención supera con creces el efecto que lo propicia, sirve de muy poco. De nada, en realidad. De nada bueno. Una cosa es dejar en Alicante a Federico Bikoro el día que juegas en Mar Menor porque ha estirado un baño de masas en su país (y está hecho mistos), y otra muy diferente es añadir un bonus al ya de por sí desmedido castigo que le impuso el Juez Único. No tiene sentido. No es útil. No es coherente. El club consiguió que su seleccionador le dejara entrenando en vez de llamarle para jugar amistosos a pesar de estar sancionado con el Hércules. Querer ir más allá es pegarse un tiro en la sien.

El internacional ecuatoguineano no es la solución definitiva, pero es una ayuda esencial, fundacional, diría. En las circunstancias actuales del equipo, penando por la segunda vuelta, sin poder superar a los rivales directos, perdiendo con la mayoría de ellos, incapaz de remontar, resulta desastroso desdeñar su concurso por una cuestión de integridad y rectitud moral de perfil bajo.

Nadie es mejor que Bikoro en su puesto. Nadie en el grupo 5. No hay que ser adivino para ver dónde estaba el Hércules y cómo evolucionaba cuando podía contar con el centrocampista africano regularmente y qué ha ocurrido cuando ha dejado de hacerlo. Si el fútbol que propones es físico, no parece sensato privar al colectivo del hombre que lo sostiene. No es Maradona, ni siquiera es Abde, pero es lo mejor que tienes sano y el ascenso directo se ha esfumado ya... ¿qué más hace falta que pase?

SUPERAR LÍNEAS

Sin Pedro Sánchez, el ataque por el carril central no existe

Haber perdido a la vez a Pedro Sánchez y a Bikoro ha supuesto un mazazo terrible. Uno está fuera porque el dolor no le deja pisar, pero el otro se quedó en el banquillo por voluntad técnica. Cuando salió, fue clave en la acción que propició el empate. El Hércules de Sergio Mora no ha creado un hábitat amable para el balón. Jugar en el Rico Pérez no permite vivir a la defensiva, también hace falta dominar el espacio a través de la posesión. 

En esa tarea, sin el segundo capitán en el campo, solo Bikoro ha demostrado ser es capaz de retener y progresar, superar líneas, que es la única forma de generar desequilibrios cuando el de enfrente se encierra a cal y canto. Él atrae defensores, ayudas, libera a los hombres de banda y abre hueco al delantero. Sobre sus hombros está el futuro y no es justo, pero qué lo es en la jungla del neoliberalismo.

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