El hastío lo puedo todo. El hartazgo tritura, llena los sueños de hollín, de herrumbre, de montones de desechos motivacionales. Pero la realidad fiscal no se detiene. Y a pesar de que la sensación general es que nada cambia en el Hércules, lo cierto es que sí. Lo hace aunque los goles que no se marcan, los que se marchitan sobre la hierba, envíen la sustancia menos gris al sumidero por el que se cuelan sin filtrar las cosas bien hechas, que existen, y las otras, las demás, la mayoría, las que sepultan de veras a cualquier entidad.

El fútbol, poco a poco, va dejando de ser una jungla espesa en la que todo vale porque apenas se ve nada y resulta casi imposible encontrar lo que se busca. Se está convirtiendo gradualmente en un universo con las mismas reglas fiscales que el resto de negocios que mueven el mundo. Los estíos con denuncias de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) amenazando a los clubes con forzar su descenso administrativo debido a impagos recurrentes se han extinguido como norma. 

El Hércules era un fijo en estas arenas movedizas. La administración concursal y, por supuesto, el endurecimiento de la vigilancia y persecución del fraude en el balompié iniciado por LaLiga ha tenido consecuencias en todas las categorías. El Hércules al que denunciaban públicamente figuras mundiales como Nelson Haedo Valdez, Drenthe o Trezeguet en 2011 por no abonarles su salario, el Hércules que tenía en nómina a un portero fantasma como Peet Velthuizen, que le pertenecía sin pagarle ficha, ese Hércules que incumplía contratos por sistema cuando la coyuntura competitiva era mala, ese ha ido dejando sitio a otro más convencido de respetar los documentos que firma.

El ahorro de esta mensualidad en la que no ni se compite ni se entrena equivaldría a la ficha anual de un buen futbolista

Todos los integrantes del primer equipo con contrato percibirán su última nomina, la de junio, sin atender al fracaso deportivo y a pesar de que el 21 de mayo fue el último de trabajo efectivo de jugadores y técnicos. A diferencia de lo que aún sucede en otras disciplinas como el baloncesto, donde los vínculos laborales con los deportistas se circunscriben escrupulosamente al periodo de liga regular (se prorrogan solo si toca jugar «play-off» o una final a cuatro), en el balompié, debido a la deuda casi infinita que acumularon con las administraciones casi el 100% de los clubes, dentro y fuera de la LFP, se han estrechado los márgenes y cada año resulta más difícil caminar por el borde exterior de la ley para cuadrar los balances.

El último aviso que recibió el Hércules, en 2021, se fraguó en 2019, cuando un nutrido grupo de presidentes acusaron directamente, delante de Luis Rubiales, máximo dirigente de la RFEF, a una decena de equipos de llevar una contabilidad be, es decir, de abonar parte de las fichas con dinero fuera del radar del fisco.

El exblanquiazul Abde tendrá el próximo curso dorsal del primer equipo en el Barça

►La última gran operación financiera del Hércules tiene futuro como culé. El canterano blanquiazul, por quien el conjunto blaugrana abonó 2 millones de euros el pasado septiembre, le ha comunicado al marroquí que tendrá dorsal en el primer equipo y se ejercitará a diario con Xavi Hernández. La decisión, está motivada por la presumible salida de Dembélé (cada día más reacio a renovar) y de Adama Traoré, que ha finalizado su periodo de cesión. El extremo, perjudicado por los movimientos invernales del Barça en el mercado de fichajes, había abierto la puerta a una posible cesión e, incluso, a un traspaso. Finalmente, el técnico catalán ha decidido que quiere a Abde como extremo puro el curso que viene.

Aquella acusación verbal se puso por escrito en una carta que se remitió en 2020 a la Federación y, desde su divulgación, se abrió una investigación. Entre los señalados figuraba la SAD propiedad de la familia Ortiz y de su socio de turno entonces, Juan Carlos Ramírez. Aquella acción de quienes se sentían agraviados por entender que no competían en igualdad de condiciones que los que ellos acusaban de hacer trampas fiscales provocó que el pasado 10 de noviembre, la Guardia Civil, junto a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, se personara en las oficinas del Rico Pérez y en las de los otros nueve sospechosos: La Nucía, Calahorra, Atlético Sanluqueño, Balompédica Linense, Extremadura, Mérida, Salamanca UDS, Atlético Baleares y Cartagena.

El Hércules aún aguarda el resultado de la investigación por posible fraude al fisco iniciada por la Guardia Civil en 2021

En la entidad blanquiazul siguen convencidos de que no encontraran nada anómalo en los contratos ni el toda la documentación incautada durante el registro, pero la operación antifraude continúa abierta. El marcaje estrecho al que tienen sometido al Hércules tanto Hacienda como la Tesorería Nacional de la Seguridad Social ha servido para regular la gestión administrativa del club y ajustarla a la nueva normativa laboral, que obliga a fijar doce mensualidades (y no once) en los contratos que incluyen cláusulas de renovación unilateral en caso de lograr objetivos, que eran todos los que tenía sellados el Hércules con su primera plantilla para no verse obligado a renegociar al alza los sueldos de los futbolistas que más le interesara quedarse en caso de ascenso. 

El Andorra de Gerard Piqué es el único que escapa a este marco jurídico, pero esa ventaja será contrarrestada este verano para corregir desigualdades y que todos los clubes soporten idéntica presión fiscal. En otro tiempo, el naufragio del equipo de Sergio Mora habría derivado en un cese súbito del ingreso las nóminas y las fichas. Algo ha cambiado en el Hércules. El gasto de junio no será a fondo perdido... aunque dentro y fuera haya quien todavía crea que sí.