La transición en la dirección deportiva del Hércules comienza con todos los frentes posibles abiertos, solo dos jugadores con ficha del primer equipo, seis nombres propios a los que ya se ha comunicado el deseo del club de que sigan y con el grueso de la plantilla para el nuevo curso sin tratar. No hay ni un esbozo. Carmelo del Pozo ha completado todas las tareas que le encomendó la propiedad antes de ceder el testigo y el técnico segoviano ha dejado libre su despacho en el Rico Pérez, dando así por concluida, a todos los efectos, su segunda etapa en la entidad blanquiazul.

El nuevo proyecto nacerá, si nada lo remedia, opacado por el hartazgo incombustible de una parte de la afición que mayoritariamente se niega a que el propietario continúe al frente de la entidad y que no está dispuesta a cejar en su pretensión. Tal vez por eso aún no se haya anunciado quién o quiénes recogerán el testigo de Del Pozo, que agota su periodo de vacacional antes de que expire su contrato el 30 de junio.

Los seis futbolistas que la entidad aspira a conservar son Álex Martínez, Raúl Ruiz, Nico Espinosa, Federico Bikoro, Borja Díaz y Adrián López. Todos están al corriente de ese deseo, pero ninguno de ellos posee una propuesta de continuidad en la que se reflejen las condiciones que el Hércules pretende que acepten. Nadie. Ni siquiera se le ha enviado al internacional ecuatoguineano a pesar de ser quien más interés deportivo (y empresarial) suscita. 

La entidad blanquiazul tenía decidido proponer un contrato de tres temporadas al mediocentro africano para convencerle de que rescinda de manera amistosa el año que aún le resta con el Real Zaragoza, club con el que solo ha disputado un partido oficial (primera ronda de la Copa del Rey) en las tres campañas que ya ha pertenecido al conjunto maño tras su estancia en el Teruel. 

Antes de que se hiciera pública la querella de la Fiscalía contra el Hércules y su Fundación por un posible delito de «alzamiento de bienes» en el traspaso del Abde al Barcelona, el fiasco provocado por la eliminación en semifinales del «play-off» de ascenso a Primera RFEF ya se había instalado en el seno de la entidad la idea de no ofrecer mejoras de contrato en las posibles renovaciones con independencia de quién o quienes se responsabilizaran de confeccionar el nuevo proyecto.

Eso no ha variado. Solo Bikoro está en disposición de recibir cantidades diferentes porque la suya, como la de César Moreno o Nico Espinosa, es una apuesta de futuro por el interés de mercado, sobre todo extranjero, que el Hércules presupone que tiene. Las lesiones, en el caso del canterano blanquiazul, limitan su margen de maniobra porque este curso se ha perdido 13 encuentros de Liga y únicamente ha disputado tres completos pese a haber sido titular 12 veces. Moreno ya tiene contrato en vigor y una cláusula de rescisión de tres millones.

Toscano y César Moreno aún no saben cuándo tienen que regresar  

Los dos únicos futbolistas con contrato en vigor para la próxima temporada en el Hércules continúan de vacaciones y no saben cuándo tienen que regresar al trabajo. En principio, el club les ha comunicado que cuenta con ellos, pero no el día en el que deben de regresar para someterse al reconocimiento médico previo a iniciar la pretemporada, algo que, salvo contraorden, no será antes del 18 de julio. El Hércules ha puesto precio al excanterano del Elche, tres millones de euros, y está abierto a tratar un posible traspaso. De los clubes que han preguntado por su situación, solo el Rayo Vallecano ha mostrado verdadero interés, pero sin abrir una negociación firme. El pivote llegó al Hércules a coste cero. Por su parte, el mediocentro italiano, con el alta médica tras recuperarse de una grave lesión de rodilla que le sacó del equipo en la jornada 5, está a la espera de que alguien le cite para el nuevo curso.