La parte buena es que las dos parcelas que hacen malabares en el Hércules, la financiera y la deportiva, tienen su postura muy clara. La mala, que son diametralmente opuestas. Una mitad considera fundamental la renovación de Federico Bikoro para la sanidad de las cuentas futuras y la otra, que eso no lo pone en duda, considera la maniobra un lastre para la cohesión anímica y competitiva del grupo que todavía se tiene que conformar en casi el cien por cien de los puestos. De modo que no basta con elegir, también hay que acertar con la elección porque el futuro, bueno o malo, empieza ahí.

La intención original de la SAD propiedad de la familia Ortiz era la de proponer a los agentes del jugador un contrato de, como mínimo, tres temporadas mejorándole exponencialmente las condiciones salariales, marcadas por objetivos, y con una base ligeramente superior a la que tenía hasta ahora, entre las tres más elevadas de la plantilla. Pero esa propuesta sigue sin redactarse a pesar de que ya se ha comunicado directamente al entorno profesional del futbolista el deseo del club de que se desligue del Zaragoza (donde le queda un año más de estancia) y continúe en Alicante siendo una pieza importante por su incuestionable peso futbolístico.

JUGADA COMPLICADA. Para que cristalizara la idea original de los dueños, lo primordial es hacerse con sus derechos federativos a coste cero. Con el equipo maño, Bikoro solo ha disputado un encuentro oficial, una primera ronda de Copa del Rey, y hay una alta probabilidad (sin ninguna garantía real) de que se le dejara salir libre para ahorrarse la ficha si, como parece, no llega una oferta firme por el mediocentro ecuatoguineano a La Romareda, donde firmó por cuatro temporadas. Sin embargo, el propio futbolista está convencido de que el interés que mostraron por él en Inglaterra en plena disputa de la Copa de África se mantiene y alberga la esperanza de cambiar de país y, sobre todo, de categoría. La cuarta de España, cree él, se le queda pequeña porque tiene mucho más fútbol en sus botas del que se practica en la Segunda RFEF.

A FAVOR. Es un futbolista con un potencial enorme. Físicamente rotundo, con excelente coordinación, buen golpeo y buena conducción. Evidencia visión periférica y, gracias a Sergio Mora (al que deberá agradecérselo siempre) todo el mundo ha entendido que su lugar natural, a pesar de lo que pueda indicar «a priori» su musculación, está por delante del mediocentro, como interior. Es ahí donde más brillan sus cualidades con el balón porque no tiene ni la dedicación ni la paciencia para ejercer durante mucho tiempo labores de contención. Es probable que, además, el propio futbolista africano, por lo vivido en su país en invierno, se sienta mejor de lo que en realidad es en la actualidad (aunque sea cierto que aún no haya tocado techo) y eso, en las manos técnicas adecuadas, posee un enorme valor para la construcción sobre sus hombros de un proyecto ambicioso.

Este es precisamente el sentido de desear su renovación. La propiedad esta convencida de que si se queda en Alicante, sintiéndose importante, siendo clave, explotará y su venta a medio plazo se podría convertir en una operación muy rentable. Editando un vídeo con sus momentos estelares de este último ejercicio, en su club y en la selección, se accedería a retenerlo sin dudarlo. 

Entonces, a qué vienen tantos remilgos, tantas reticencias con lo que, de cerca y de lejos, parece una estrella en ciernes que da en tu equipo los primeros pasos relevantes. Es sencillo, los informes técnicos elaborados por la secretaría técnica saliente y los recopilados por la vigente desaconsejan retener al internacional africano.

EN CONTRA. El año de Bikoro en Alicante empezó muy bien y, por su estilo imponente, su fuerza y la fiereza (a menudo mal canalizada) de su juego captó el cariño y el respeto de los aficionados. Del entrenador no tanto, que no le veía como mediocentro y prueba de ello es que empezó el curso con Toscano y Mario Ortiz como titulares. Por suerte para el Hércules, el entonces pivote se marchó la primera vez con su selección y eso permitió a Mora dar entrada a César Moreno en el once. Ya no salió. Ese movimiento reabrió a Bikoro un nuevo horizonte jugando al lado de Pedro Sánchez más cerca del área rival que de la propia.

Funcionó la fórmula y explotó Bikoro... en todos los sentidos. Consciente de su relevancia en el juego, de su importancia en las seis victorias seguidas, empezó a sentirse más líder que los designados por el propio vestuario por esos códigos internos que se deben respetar para que el bien común esté por encima del individual.

3 AÑOS

De contrato están dispuestos a ofrecer al africano

►Siempre que se desligue del Real Zaragoza a coste cero para el Hércules, que no pagará traspaso, pero le situaría entre los mejor pagados del vestuario.

14 PARTIDOS

Se ha perdido Bikoro en su temporada con el Hércules

►Ninguno de ellos por molestias físicas limitantes, 7 por sanción y uno por castigo del entrenador después de incorporarse tarde de la disputa de la Copa de África con su selección.


El comportamiento del Bikoro líder no elegido se repitió en la cita internacional de su selección en enero y cuando regresó ya no fue el mismo. Empezó a sentirse amenazado, cuestionado por el grupo, y protagonizó algunos rifirrafes más subidos de tono de lo que es soportable (y habitual) en una convivencia diaria, uno de ellos en la semana de preparación de la visita a Buñol, la que acabó con él perdiendo los papeles, expulsado por una maniobra absurda e insultando gravemente al colegiado. Estuvo fuera 5 partidos (la pena mínima, que pudieron ser más) y la inercia del grupo lo acusó porque su ausencia coincidió con la de otro propulsor del fútbol ofensivo del Hércules, Pedro Sánchez, en el caso del segundo capitán, por lesión.

La reconciliación con el vestuario se cerró a medias, casi se forzó por la premura y por lo que había en juego, pero ni Mora lo supo encauzar ni él lo acabó de aceptar porque estaba convencido de que no había razón para abrirle un expediente disciplinario. Apenas quedarán restos del último curso en el nuevo proyecto, pero la secretaría técnica entrante desconfía de que el ego de Federico quepa en un vestuario de Segunda RFEF. Hay que significarse, toca elegir. Talantes como el de Bikoro hay muchos, talentos como el suyo en el sótano del fútbol, muy pocos.