Ninguna salida involuntaria es decorosa ni amable. Elegir la forma del adiós es algo que está reservado al fútbol dorado. En el de esparto, el que hace rozadura con solo mirarlo, en ese ni siquiera se toman la molestia de invitarte a salir, todo se reduce al silencio. El 23 de mayo, los integrantes de la plantilla y del cuerpo técnico se despidieron en un breve encuentro en el Rico Pérez. Lo hicieron sabiendo que muchos de ellos no volverían a juntarse en un mismo vestuario, la mayoría ni en un terreno de juego. De los fracasos, como de cualquier naufragio, rara vez se salva algo... o alguien. Pedro Sánchez se ha hecho a la idea de que en el nuevo Hércules de Paco Peña nadie piensa en él como una solución de presente. «No me han llamado para preguntarme nada, ni para decirme algo. A nadie le ha interesado si quería seguir. Me duele irme de esta forma de un club, no me había pasado nunca antes», lamenta el ex segundo capitán, que en diciembre cumplirá 36 años.

«El Hércules me parece un grandísimo club. He vivido dos años agridulces porque en ninguno se logró el objetivo, pero he trabajado muy feliz, muy a gusto, muy cómodo con todo y con todos. Si me necesitaran, saben donde encontrarme», detalla el máximo asistente del equipo, que ha iniciado estos días un plan físico individual para no perder la forma.

«La lesión en el pie ya es historia, pero jamás creí que fuera a ser tan grave como me dijeron el doctores, tuve que sentarme de la impresión»

«Estoy entrenando por mi cuenta porque no se me pasa por la cabeza retirarme este verano. No tengo ninguna esperanza de que me llame el Hércules, pero este mercado de fichajes va a ser largo y tengo que estar preparado por si me surge una oportunidad. Estoy enamorado del fútbol y me siento bien. Creo que todavía puedo ser útil en una plantilla», sostiene el atacante de Aspe, que hasta su lesión, había sido el canal ofensivo más productivo del equipo de Sergio Mora.

«Entiendo que ha entrado nueva gente y que querrán hacer su propio camino y tendrán gustos y necesidades diferentes. No pasa nada, es lo normal. Yo no me marcho con rencor ni molesto con alguien, me voy con pena porque el Hércules es un club muy grande, que ahora no está en su mejor momento solo por circunstancias, porque nos ha faltado suerte», lamenta el aspense.

«No me marcho con rencor, pero sí me voy dolido con la situación, nunca antes había salido de un equipo de esta manera»

Por suerte, los efectos de la patada que le propinó un rival del Pulpileño en el Rico Pérez ya son historia, pero el calvario sufrido, ese no se lo quita nadie. «Cuando fui a ver a los doctores De Prado Y Ripoll lo hice creyendo que no tenía nada muy grave. Pero después de escucharles, me tuve que sentar. Me dijeron que había faltado muy poco para que no me quedara más opción que dejar el fútbol», revela Pedro Sánchez, que, a pesar de todo, trató de precipitar su regreso y terminó jugando infiltrado el «play-off». 

«Lo volvería a hacer. El grupo humano que se formó en el vestuario es el mejor que he tenido nunca. Hubo roces, claro, pero pasa hasta en las mejores familias. Era un vestuario bueno de verdad. Estoy convencido de que sin mi lesión y con Bikoro disponible regularmente, habríamos crecido como equipo, no nos lo habríamos tenido que jugar todo al final», valora el segundo capitán blanquiazul. 

«Entreno por mi cuenta, estoy enamorado del fútbol y no quiero retirarme este verano... si puedo»

«A pesar de las circunstancias, en el Hércules he vivido momentos que recordaré siempre. Le deseo lo mejor y la mayor de las suertes a los que vengan y a los que se queden. Siempre estaré agradecido al club por darme la oportunidad de ser parte de él». El pasado miércoles, Pedro acudió a la última revisión programada por los doctores. «Ni rastro del edema, tengo que mirar hacia delante».