Cuatro puntos de seis posibles como local. Invictos. Muy superiores a su rival. Todos niegan la superstición, nadie quiere asegurar que ese sea el motivo que justifica la decisión de no recuperar el fútbol en domingo, pero, a día de hoy, continúa siendo la explicación más plausible. El Hércules volverá a abrir el Rico Pérez un sábado en su siguiente cita en casa. De momento, los blanquiazules se aferran a la tarde sabatina para disputar sus encuentros como anfitrión. El próximo, correspondiente a la sexta jornada de liga en el grupo 2 de Segunda RFEF, se disputará el 8 de octubre.

Lo único que se modifica en la hora del comienzo, que frente al Ebro se adelanta 60 minutos. El duelo entre alicantinos y aragoneses arrancará a las 19 horas en lugar de a las ocho de la tarde como en las dos citas precedentes. Ángel Rodríguez se encuentra cómodo compitiendo en víspera de festivo. Considera que así sus futbolistas pueden conciliar mejor, hacer vida en familia, aprovechar para hacer coincidir el descanso de los jugadores con el de sus entornos, lo que, a su juicio, contribuye a fortalecer la sensación de bloque y el bienestar individual.

Dentro de la entidad, hay voces que esgrimen que lo más recomendable sería fijar los partidos en el estadio blanquiazul los domingos al mediodía, pues eso favorecería el ahorro de energía que preconizan el Gobierno y la Unión Europea para abaratar la factura de la luz y racionalizar el consumo de energía en tiempo de guerra y racionamiento de gas en todo el continente.

El club tendrá ocasión de probar esta propuesta el 23 de octubre, coincidiendo con la visita a Alicante de la Peña Deportiva que, como todos los clubes insulares, siempre juega sus encuentros de Liga a las 12:00 horas para facilitar la logística de los desplazamientos entre la Península y las islas. De este modo, los defensores del balompié después del arroz del domingo, tendrán que esperar, mínimo, hasta noviembre, cuando el Manresa pise el coliseo alicantino.