De titular indiscutible a suplente del suplente... uno sub-23. Ander Vitoria, a quien el entrenador dio la mayor dosis de confianza posible en pretemporada y en el inicio de la competición, comprobó el sábado, hundido en su butaca, una de la fila de atrás del banquillo, que se ha convertido en la tercera opción de la delantera de un Hércules que adolece precisamente de lo que él puede aportarle: olfato de gol.

El delantero vasco se ha caído en el orden de prioridades de Ángel Rodríguez, que prefiere la fuerza, la movilidad y la energía del joven Jean Paul, el francés procedente del Rayo por el que la temporada pasada el club denunció (sin denunciar) un supuesto episodio racista durante el encuentro del filial en Torrent. 

Frente al Ebro, colista, obligados a ganar en casa tras la derrota en Teruel, con empate a cero en el marcador, el técnico del Hércules eligió al galo antes que a Ander Vitoria, quien, a pesar de lo incómodo del resultado y la escasa capacidad realizadora mostrada por el bloque, se marchó a la ducha sin sudar, sin saltar al césped, con las pocas carreras que le permitió el calentamiento en la segunda parte antes de que el preparador leonés le invitara a regresar a su silla, desde donde escuchó el pitido final.

El sistema de partida del preparador castellano prevé una sola referencia en la punta del ataque. Esa la desempeñó el ariete vizcaíno en las dos primera fechas de competición. En ambas terminó siendo sustituido por quien hoy, a juicio del entrenador, se ha ganado la plaza: Jack Harper. En cuanto el escocés se encontró mejor del dolor articular que se trajo consigo de Getafe, asumió el rol de «nueve».

Frente al colista y con el equipo obligado a marcar, el vizcaíno se quedó en el banco sin haber agotado cambios

Lleva cuatro semanas seguidas como titular y suma un gol, el que sirvió para adelantar a los alicantinos frente al Espanyol B, aquel que Alvarito acabó de desnivelar en la segunda parte en el que hasta el momento es el mejor encuentro del Hércules en su estadio en casi dos lustros. A medida que crecía su figura, menguaba la de Ander, que ha ido perdiendo relevancia en el sistema hasta desaparecer.

48 horas de reflexión (y descanso) ha tenido la primera plantilla

La plantilla del Hércules ha gozado de dos días seguidos de descanso después de su tropiezo en casa con el colista del grupo 3. El empate a cero con el Ebro tras la derrota en Teruel no ha sido obstáculo para que el preparador blanquiazul prolongara 48 horas el regreso al trabajo, que será esta misma mañana, en Fontcalent. Ángel Rodríguez, que ha visto como su equipo ha dado dos pasos atrás en su evolución desde la exhibición rubricada frente al Espanyol B en el Rico Pérez, prefirió encadenar los días de parón para poder disponer de cinco consecutivos para preparar a fondo la importante cita en Paterna del domingo, frente al filial valencianista. Resetear, descansar las piernas y recuperar a los jugadores con molestias leves han motivado la decisión. P. ROJAS

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En la visita a El Prat dispuso de media hora; en casa, la semana siguiente contra el filial españolista, de solo 8 minutos; y en Teruel, ante el líder, apenas participó en 13. La caída en desgracia del atacante de Igorre se consumó contra el peor equipo del grupo 2, ante el que se quedó directamente sin jugar. Lo que más chirría en este caso es que, a pesar de antojarse necesario su concurso para buscar un tanto que diera el triunfo al conjunto alicantino, Ángel Rodríguez le dejara comiéndose las uñas con las botas desabrochadas pes a tener la opción de pedir un cambio más porque al final solo hizo cuatro, uno de ellos Jean Paul, que debutó ese día como jugador del primer equipo.

Integrar a Ander en el engranaje ofensivo del Hércules debería ser una prioridad tomando como referencia que el curso pasado, en la Cultural, en Primera RFEF, fue capaz de hacer diez goles en 29 partidos. Un equipo que demuestra la dificultad para horadar porterías que está exhibiendo el Hércules tiene que sacarle rédito a una de las fichas altas del vestuario. Lo contrario obligará a encontrar goleadores donde hasta ahora no los hay, algo que complicará en exceso un reto de por sí terriblemente complejo.