La lógica, que en otras latitudes o entidades a veces sorprende, en el Hércules, no. Con el Hércules es muy rigurosa, siempre se cumple. Después de un final de curso deleznable, un verano tumultuoso y una pretemporada marcada por la reconstrucción casi completa de la plantilla, el equipo de Ángel Rodríguez ha entrado en un bucle peligroso del que necesita salir cuanto antes, más allá de si el motivo es uno u otro o si la responsabilidad está más repartida de lo que sostiene el entrenador.

A ocho puntos del líder, más cerca del descenso que de la promoción, y habiendo sumado solo 9 puntos en siete partidos, es el peor momento para abandonarse o para señalarse los unos a los otros. Así lo ha interpretado Paco Peña, responsable de la parcela deportiva, o sea, de la presencia en el Hércules de Alicante de todos los que ayer acudieron a Fontcalent a trabajar.

El secretario técnico reunió a jugadores y entrenador antes del inicio de la sesión, la primera después del batacazo en Paterna, para intentar sofocar una crisis que amenaza con destruirlo todo en un tiempo récord. El excapitán intentó con su exposición liberar de presión al grupo, asumiendo él toda la responsabilidad de lo que acabe pasando con este equipo. Les recordó que el único que se juega su prestigio, el único que ha de estar en el epicentro de las críticas debe ser él porque el exfutbolista blanquiazul fue quien les seleccionó a todos.

El excapitán pidió unión y comunicación dentro del campo y que nadie cargara con otro peso que no fuera el de jugar

Reafirmó su plena confianza en el proyecto y en todos sus integrantes, destacó las cualidades que le impulsaron a contratarles (o a renovarles) y les pidió encarecidamente que nadie asumiera o cargara con más responsabilidad que la de hacer bien su trabajo. Les invitó a divertirse con lo que mejor saben y a no pensar en nada más, a no sugestionarse por la naturaleza y la idiosincrasia de este club centenario, que se centraran en ser valientes, en disfrutar con su profesión.

El responsable deportivo les invitó a comportarse como un todo, como un bloque, les rogó que fueran generosos con el compañero, que se ayudaran y apoyaran dentro y fuera, a jugar por el equipo, algo para lo que Peña entiende que debería haber más comunicación entre los jugadores durante los partidos, que es algo que él ha echado en falta.

Paco Peña, en la sesión de trabajo del lunes junto al periodista David Esteve y el delegado, Quique Sala. Jose Navarro

Aparte

El secretario técnico lideró la charla sin ningún integrante de la propiedad presente. Quiso dotar de normalidad a la conversación, restarle hierro institucional, que todo quedara entre deportistas. Ángel Rodríguez se sumó después al concepto solidario defendido por su jefe y apenas hubo interacción por parte de los jugadores, que escucharon a Peña durante los cerca de 20 minutos que se prolongó la arenga antes de que diera comienzo el entrenamiento, el primero de la semana previo a la jornada de descanso de hoy.

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Secretario técnico y entrenador también se reservaron un momento privado para intercambiar impresiones en el que el responsable de confeccionar el equipo le dio a su preparador su impresión de lo que ve desde fuera por si podía serle útil a leonés, que el día antes había culpado a la planificación tardía y a la pretemporada atípica de los males que ahora pesan sobre un proyecto que había ilusionado sobremanera en las cuatro primeras semanas de competición.

El dueño de la SAD blanquiazul tiene previsto acudir a la sesión de trabajo de mañana, pero no para tomar la palabra como hizo ayer su director deportivo, sino para seguir la actualidad e interesarse por la evolución del trabajo, que es algo que repite cada semana desde el comienzo de la Liga.