Nadie lo sabe explicar. Mucho menos él, que es quien más lo sufre. Las lágrimas desgarradas de Nico Espinosa el domingo, incontenibles, consciente de que otra vez debía salir de un campo lesionado, y ya son muchas, reflejan la desesperación de un talento enorme que no alcanza a eclosionar por las constantes recaídas que lastran su progresión. De nuevo falla una fibra, probablemente el isquiotibial de la pierna derecha, y de nuevo fuera del equipo, seguramente hasta después del parón navideño.

El alicantino apenas ha podido disputar 136 minutos en las 10 primeras jornadas de Liga. Tampoco pudo completar la pretemporada con el resto del grupo. Se fracturó el brazo izquierdo en el primer amistoso estival y no reapareció hasta el inicio de curso. Dos jornadas le aguantó el cuerpo su fútbol explosivo, frenético, desequilibrante. Luego, seis semanas seguidas viendo a sus compañeros trabajar desde lejos, mordiéndose las uñas en compañía de un recuperador.

Con solo 22 años, apenas ha podido disputar 136 minutos en las 10 primeras jornadas de Liga. Se perdió la pretemporada y estuvo 14 partidos de baja el curso pasado

El año pasado se perdió 14 partidos, estuvo sobre el césped un tercio del tiempo y eso, para un jugador determinante, es un mundo, un universo. Nico es un ejemplo de profesionalidad. Con solo 22 años, se mide la calidad del sueño para asegurarse de que es reparador, vigila las comidas, regula escrupulosamente los periodos de descanso, prepara su musculatura antes y después de los entrenamientos, de los partidos, vive por y para el fútbol, de ahí que su caso esté sorprendiendo, para mal, a todo el mundo.

MINUTOS DE NICO ESPINOSA

► Partidos jugados esta temporada

  • J-1. ►Mallorca-Hércules 67
  • J-2. ►Hércules-Badalona 53’
  • J-9. ►Formentera-Hércules 9’
  • J-10. ►Hércules-Manresa 7’
  • TOTAL: 136’

El Hércules le pidió hace tiempo que no arriesgara, que aprendiera a parar cuando notara la más mínima tensión fibrilar o molestia, pero no siempre es fácil de cumplir para un jugador que quiere comerse el mundo y huye de esa etiqueta de "frágil" que ha terminado con la carrera de innumerables profesionales con tanta calidad y facultades como la suya.

Nico Espinosa observa a sus compañeros entrenar mientras al finalizar su trabajo de recuperación. HÉCTOR FUENTES

El club pedirá ayuda. Contactará con un especialista que desarrolla su cátedra en Madrid para que estudie a Nico y le ayude a escapar de un vía crucis que se le está haciendo infinito.

Las probabilidades de que vuelva a ser el isquiotibial lo que se ha roto hacen pensar al club que Nico no reaparecerá hasta después del parón de Navidad

El bucle pernicioso en el que entra alguien que se obsesiona con su propensión a lesionarse es muy contraproducente. El miedo a recaer termina por devorarlo todo, por impedirte desarrollar tu juego con naturalidad, y eso es algo que quiere atajar la entidad blanquiazul, consciente de que posee un diamante capaz de resolver un partido en siete minutos, los que empleó en dar dos asistencias de gol, una a Harper y otra Alvarito (que a diferencia del escocés, no la desaprovechó) en su reaparición después de siete semanas sin competir.

Esta semana, el extremo alicantino al que el club ha puesto un precio de venta de 10 millones de euros, pasará diferentes exámenes médicos que contribuyan a esclarecer de una vez el origen de sus constantes recaídas desde que en 2020 se lesionó de gravedad la rodilla, justo antes del estallido de la pandemia del covid-19.