UD Alzira 0-0 Hércules CF

Un mal arbitraje impide la victoria del Hércules en Alzira

El colegiado no da validez a un tanto legal de Dani Marín, cuyo cabezazo superó por completo la línea de gol. El remate posterior de Jean Paul con el pie también se coló en la portería y tampoco subió al marcador

Pedro Rojas

Pedro Rojas

El tránsito desde la zona catastrófica a la de confort nunca es amable ni rápido, siempre encuentra impedimentos de más, burócratas dispuestos a complicarlo todo, a negarte el pan, el descanso, la normalidad. No falla. Los golpes siempre van a la herida. Hasta que no se cura, funciona como un imán, como un campo de atracción atómico. En el fútbol ocurre asiduamente. Ningún equipo pasa de la ruina a la abundancia sin peajes. Ayer, al Hércules le tocó pagar el de un pésimo arbitraje de cuarta categoría. En otras circunstancias menos lesivas, el punto a domicilio resultaría apreciable. En las actuales, se queda en casi nada porque los blanquiazules no ganan lejos de su estadio desde la jornada tres... y ya van quince.

La actuación del colegiado búlgaro y de sus asistentes privó a los alicantinos de tres puntos merecidos, bien ganados, trabajados con cabeza y excelente disposición táctica, generando ocasiones de sobra, mostrándose eminentemente superior a su oponente. Pero cuando tienes un déficit tan grande, cuando arrastras el peso de los desastres pretéritos, el mínimo arañazo te desangra.

Dos veces rebasó el balón la línea de gol entre el minuto 59 y el 60. La primera, después de un cabezazo de Dani Marín a pase de Raúl Ruiz. La segunda, tras meter la pierna Jean Paul después de que el portero sacara de dentro el balón y lo dejara muerto sobre la raya de cal.

El asistente, desubicado, se inhibió, y sin el refrendo de su ayudante, Aleksandar Ivaylov Angelov Borisov optó por no dar validez al tanto, que se quedó en el limbo en el que se hacinan los goles fantasmas, ese lugar inhóspito que se cubre de borrascas entre la incredulidad y la rabia.

El asistente dejó sin efecto sendos mano a mano de Ander Vitoria y Toscano pese a estar en posición correcta ambos

Cerrar 2022 con victoria habría supuesto un alivio tenue, sí, pero uno bien ganado en el césped con los retoques justos, aplicando eso tan extraordinario que es tantas veces el sentido común y que algunos entrenadores pierden sin darse cuenta cuando los problemas, los que tienen y los que se inventan, les obstruyen la sesera. En solo diez días, el Hércules, que continúa mostrando debilidades muy notables, sobre todo en defensa, ha encontrado el modo de que prevalezcan sus virtudes, que las tiene a pesar de que el preparador leonés se empeñara en no verlas.

Dani Marín marca su posición al compañero antes de un saque de esquina.

Dani Marín marca su posición al compañero antes de un saque de esquina. / LOF

La ocupación de espacios sin necesidad de duplicar la posición de pivote hace al equipo más compacto. César Moreno no necesita competencia para su tarea, lo dejó claro el curso pasado, y en solo dos comparecencias, Sandro Toscano ha demostrado disponer de más fundamentos de mediocentro de posición que todos los que hasta ahora le han ido privando de la titularidad.

Esas dos decisiones y la de apostar por puestos específicos (porque los tienes) en el eje de la zaga y la punta del ataque, han devuelto al Hércules una personalidad y, sobre todo, un dominio que echaba de menos y ha estado a punto de costarle la temporada antes del parón navideño.

Cedrés salta para intentar hacerse con el control de un balón dividido.

Cedrés salta para intentar hacerse con el control de un balón dividido. / LOF

Es probable que ya no le dé para ser campeón, pero al menos le servirá para no arrastrarse por los campos como un zombi. Anoche, generó múltiples acciones para llevarse el triunfo. Dos de ellas, tremendamente claras, las abortó el mismo juez de línea que se tragó el doble gol «fantasma» de Marín y Jean Paul. Levantó la bandera, tarde, y dejó sin efecto los desmarques de Ander Vitoria, primero, y Sandro Toscano, después, cuando ambos se quedaban solos delante del guardameta del Alzira con el balón controlado.

Míchel tardó en entrar en el partido

Antes, en la primera mitad, Míchel, al que le costó interactuar con sus compañeros más de lo que puede permitirse este bloque, pudo adelantar al Hércules con un par de disparos desde fuera del área, el primero sin dejar caer la pelota y el segundo, con el empeine, de lleno, lo detuvo Adrián en dos tiempos, in extremis, cuando el medio centenar de seguidores blanquiazules presentes en el Luis Suñer Picó ya cantaba el 0-1.

Alvarito intenta marcharse por velocidad de sus marcadores.

Alvarito intenta marcharse por velocidad de sus marcadores. / LOF

La capacidad asociativa del delantero galo en el carril central y en los flancos del área facilitó situaciones de superioridad que se quedaron sin premio por muy poco. La suya es una irrupción que no se debería apagar bajo ningún pretexto. La mayor parte del peligro que generó el equipo de Escobar en Alzira le tuvo a él como protagonista, para mal (muy pocas veces) y para bien (la mayoría).

El guardameta del Alzira detuvo en dos tiempos un disparo de Míchel cuando la pelota parecía que ya entraba

Mejor situado, con las líneas conectadas gracias al equilibro del que dota César al conjunto, con los centrales alejándose de Carlos Abad cuando tocaba atacar, con la salida limpia y el avance constante que posibilitan Toscano y Míchel, complementarios, consistentes, consecuentes con el juego que pretende su nuevo entrenador, el Hércules se mostró muy superior a un Alzira que solo pisó dos veces el área blanquiazul, ambas aprovechando la dificultad de Felipe Chacartegui para contener a sus pares, todos mejores que él, siempre... El punto sabe a casi nada, pero son 4 de 6, si es una tendencia, bienvenido sea porque toca sellar una segunda vuelta de récord.

►ALZIRA (0): Adrián, Cortijo, Kaiser, Javi Soler, Marcos Blasco, (Sergio González, 62’) Lado (Carlos Moreno, 83’), Beceiro, José Solbes, Pitu (Zarzo, 62’) Javi Serra (Abraham, 83’) y Ramón López.

►HÉRCULES (0): Carlos Abad, Raúl Ruiz, Riera, Dani Marín, Felipe Chacartegui, Sandro Toscano, César Moreno, Míchel Herrero, Christian Cedrés (Ander Vitoria, 67’), Alvarito y Jean Paul (Víctor Eimil, 82’ .

►ÁRBITRO: Aleksandar Ivaylov Angelov Borisov (Bulgaria). T. Amarillas: a Lado y Carlos Moreno, del Alzira, y a Raúl Ruiz y César Moreno, del Hércules. 

►ESTADIO: Luis Suñer Picó. Más de 1.000 espectadores en la grada, medio centenar de ellos, aficionados del Hércules.