HISTORIAS DEL CENTENARIO DEL HÉRCULES

Los hombres del Zorro

Hércules-Betis (5/6/77), despedida de Arsenio Iglesias. De pie: Humberto, Arsenio, José Antonio, Rivera, Betzuen, Quique y Giuliano. Agachados: González, San Cayetano, Baena, Barrios, Aracil y Pepín.

Hércules-Betis (5/6/77), despedida de Arsenio Iglesias. De pie: Humberto, Arsenio, José Antonio, Rivera, Betzuen, Quique y Giuliano. Agachados: González, San Cayetano, Baena, Barrios, Aracil y Pepín. / COLECCIÓN DE VICENTE MESTRE

Enrique Moscat

Enrique Moscat

El Hércules Club de Fútbol de principio de los setenta era un equipo gris que malvivía, anhelando otras épocas, en mitad de la tabla de Segunda División. A pesar de que tenía en nómina a varios veteranos de renombre -como los internacionales Fusté o Eladio- y que empezaban a aparecer brotes verdes (Baena, Rivera o José Antonio), cualquier tiempo pasado parecía mejor en Alicante.

Todos pensaban que los años sesenta de Ramón y José Juan o los treinta del Equipo Maravilla de Suárez, Pérez, Tatono o Morera, ya no volverían. Y tenían razón… pero a medias, pues acabaron llegando tiempos mucho mejores. Hubo que esperar, eso sí, hasta 1973, cuando un gallego -de Arteixo, para más señas- llegó a orillas del Mediterráneo para hacerse cargo del club blanquiazul.

Arsenio Iglesias era un entrenador joven e inteligente que, hasta ese momento, solo había dirigido al Fabril y al Deportivo de La Coruña con éxito dispar (un ascenso y un descenso). No parecía demasiado lustre para reflotar un barco que había estado tantos años varado. Pero, a base de acierto en los fichajes, una buena gestión de la plantilla y mucha astucia (por algo era el Zorro de Arteixo), Arsenio manufacturó durante cuatro temporadas (1973-1977) un once granítico y sumamente competitivo. Durante los años del Watergate, de la muerte del Generalísimo o de la legalización del Partido Comunista se fraguó el mejor Hércules de la historia. Un equipo repleto de jugadores con mucha personalidad, que aportaban toneladas de carácter en cada partido y que consiguieron, a mediados de los setenta, situar a los alicantinos entre los cinco mejores de España. ¿Quieren recordar a los hombres del Zorro? Pasen y lean…

HUMBERTO -Portero- Asunción (Paraguay)

Humberto de la Cruz Núñez Cubillas llegó en 1969 y permaneció ocho temporadas en el club (1969-1975 y 1976-1978) en las que consiguió dos ascensos -uno a Segunda y otro a Primera- y un quinto puesto en la máxima categoría. Pese a que nunca fue titular indiscutible en la meta herculana y su papel se limitó a ser el del “portero de Copa” (estuvo en la mítica tanda de penaltis ante el Betis), Humberto siempre será uno de los hombres más queridos por la afición blanquiazul.

El Nene fue un portero más espectacular que efectivo y representó a la perfección el paradigma de “buen jugador pero mejor persona”. Humilde, honesto y valiente como él solo, este internacional paraguayo, cincuenta años después, todavía recorre El Sadar de rodillas en la memoria de muchos…

SANTORO -Portero- Sarandí (Argentina)

Miguel Ángel Santoro, leyenda del Independiente (con el que ganó la Copa Intercontinental) y mundialista en Alemania 74 con la albiceleste, aportó su experiencia y mantuvo una dura pugna con Humberto y Deusto por llevar el “1” del Hércules. Santoro destacaba en el mano a mano y por sus excelentes reflejos pero, sobre todo en su última etapa, se mostraba muy irregular, alternando extraordinarias paradas con algunas pifias que le acabaron costando la titularidad. Seguramente, en buena parte por esto y en una inigualable muestra de honradez, declaró, tras renunciar al último año de contrato que le restaba, que “seguir habría sido robar al Hércules”.

DEUSTO -Portero- Bilbao

Juan Antonio Deusto Olagorta llegó de Málaga en 1975 con un Zamora bajo el brazo y se fue de Alicante en 1980 dejando innumerables muestras de su calidad. El meta vasco, que llegó a ser el suplente de Iríbar en la selección española, se caracterizaba por su sobriedad y su buena colocación bajo los palos. Jugó 82 partidos con el Hércules en los que encajó 81 goles.

Porteros

Porteros. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Humberto, Santoro y Deusto. / COLECCIÓN DE VICENTE MESTRE

COMMISSO -Defensa- Avellaneda (Argentina)

Tuvo problemas con el pasaporte y por ello apenas disputó cinco partidos en su primera temporada. A partir de la segunda, gracias a su calidad y sobre todo a su polivalencia (podía jugar en el lateral derecho y en el centro del campo), se convirtió en un fijo en los onces de Arsenio. Eduardo Antonio Commisso, todo un campeón de la Libertadores y la Intercontinental con Independiente, militó durante tres campañas en el Hércules de Alicante.

JOSÉ ANTONIO -Defensa- Miguelturra (Ciudad Real)

El araña fue un lateral de raza, implacable en el marcaje (Johan Cruyff podía dar fe de ello) y, como dicen los ingleses, un “one club man”. José Antonio Hervás Rivas llegó en 1972 siendo un crío y se retiró en 1982 siendo uno de los hombres que más veces han vestido la camiseta blanquiazul (259 partidos) y el corazón del mejor Hércules de todos los tiempos.

ELADIO -Defensa- Sabadell (Barcelona)

Eladio Silvestre Graells llegó en 1972 de la mano de Jeno Kálmár para adueñarse durante dos años del carril izquierdo. Aunque estaba en el ocaso de su carrera deportiva, Eladio dio un gran rendimiento (jugó 73 partidos y marcó 10 goles), dejando muchos destellos del magnífico defensa que jugó con España el Mundial de Inglaterra 66 y que destacó en el FC Barcelona.

RIVERA -Defensa- Belmez (Córdoba)

El andaluz se compenetró a la perfección con Giuliano, formando una icónica pareja de centrales. Formado en el Sevilla, José Manuel Delgado Rivera jugó en Alicante durante 8 temporadas (289 partidos), fue un magnífico marcador y un auténtico Hércules cada vez que se puso la blanquiazul.

GIULIANO -Defensa- Avellaneda (Argentina)

Carmelo Héctor Giuliano González fue un defensa elegante, con buena salida de balón, muy bueno en la anticipación y excelente en el juego aéreo. Con los alicantinos, Giuliano militó nueve campañas, jugando un total de 245 partidos, en los que marcó la nada despreciable cifra de 21 goles.

Su compatriota Santoro, cuando lo recomendó a Rico Pérez, pensaba que “solo” sería un gran central para el Hércules Club de Fútbol. Se equivocó: acabó siendo el mejor de toda su historia.

QUIQUE -Defensa- Salamanca

Vino con la vitola del subcampeonato de Europa logrado con el Atlético de Madrid y no defraudó. Enrique Vicente Hernández fue un lateral izquierdo atrevido, con buena técnica y el cuarto hombre de esa zaga que cualquier herculano recitaba de memoria: José Antonio-Rivera-Giuliano-Quique.

ALBALADEJO -Defensa- Alicante

Con apenas 17 años debutó en el Hércules de Kálmár pero fue al año siguiente, ya con Arsenio en el banquillo, cuando deslumbró y se ganó un contrato con el Barcelona. Tras su periplo con los blaugranas (con los que ganó una Copa del Rey y una Recopa) y el Real Murcia, José Joaquín Albaladejo Gisbert regresó al Hércules, donde dos descensos casi consecutivos lastraron en buena medida la gran carrera del férreo defensa alicantino.

Defensas

Defensas. En la izquierda, José Antonio y Rivera; en el centro, Commisso, Eladio y Albaladejo; a la derecha, Giuliano y Quique. / COLECCIÓN DE VICENTE MESTRE

VARELA -Centrocampista- A Coruña

El padre de Alejando Varela, exjugador herculano de los noventa y actualmente en el cuerpo técnico de la selección de Iraq, completó tres campañas de blanquiazul (1972-1975). Gallego de los de verdad (de Galicia) y forjado en los potreros más humildes de Buenos Aires, José Varela Martínez fue un fino interior izquierdo, muy destacado en el juego combinativo y con un gran último pase. Sin embargo, su poca presencia física, su (más que discreta) capacidad defensiva y las lesiones le fueron apartando de los onces de Arsenio Iglesias.

BETZUEN -Centrocampista- Lemona (Bizkaia)

Seguramente, cuando José Manuel Betzuen Urkiza abandonó Bilbao, jamás pensó que echaría raíces en Alicante. Betzuen militó durante cinco temporadas en el club blanquiazul, vivió el ascenso del 73 en Pamplona y la época dorada de Primera División. El vasco fue un centrocampista técnico, que sabía manejar los tempos y dar pausa al juego cuando la situación lo requiriese. En 1974, ante los argentinos de San Lorenzo, Betzuen tuvo el honor de marcar el último gol en La Viña.

SARRACHINI -Centrocampista- Santa Fe (Argentina)

Juan Fernando Sarrachini Donati era un jugador eminentemente técnico con un gran regate, lo que en Argentina llaman un gambeteador. El fútbol del ex de Newell´s era de etiqueta, tenía un guante en su pie derecho. Pero Sarrachini era poco disciplinado tácticamente y adolecía de la combatividad y el sacrificio que eran innegociables para Arsenio. Con el míster gallego de nada servía llevar como nadie el frac si no eras capaz de ponerte el mono de trabajo.

SACCARDI -Centrocampista- Buenos Aires (Argentina)

Si diseccionásemos en trozos a Gerónimo Saccardi Román obtendríamos calidad, agresividad y llegada; potencia, inteligencia táctica y mucha presencia; personalidad, determinación y oficio; carisma, liderazgo y arrojo… Cachos de todo lo que fue Saccardi, uno de los mejores “5” del país de los cincos y, probablemente, el mejor centrocampista que llevó al Negre Lloma en el pecho.

ARACIL -Centrocampista- Alicante

Arsenio Iglesias quería dotar de energía y dinamismo al centro del campo y en el canterano Aracil encontró la fórmula. Miguel Aracil Arnau, que debutó en 1976 con solo 18 años, fue un todocampista con buen manejo de la pelota, bien dotado físicamente, muy competitivo y un fijo en cualquier once de la década prodigiosa herculana.

BAENA -Centrocampista- Ceuta

11 temporadas, 362 partidos y 57 goles. Ahí es nada. El ceutí llegó del Betis como delantero, mutó a gran centrocampista y acabó siendo un fijo en el eje de la zaga. Juan Baena Ruiz es santo y seña del Hércules, el jugador con más encuentros en Primera (224) y su eterno capitán allá donde esté...

CARCELÉN -Centrocampista- Albacete

Pocos hubieran imaginado que aquel chaval desgarbado que llegó a Alicante con apenas 18 años, procedente de la cantera del Albacete, iba a convertirse en poco tiempo en el amo y señor de la banda izquierda del Rico Pérez. Ocho temporadas y 182 partidos después, Juan Antonio Carcelén García cambió el Hércules de Alicante por el Real Madrid de Boskov.

JUAN CARLOS -Centrocampista- El Entrego (Asturias)

Juan Carlos Álvarez Vega, a pesar de su juventud, fue un jugador indiscutible para Arsenio Iglesias. El asturiano fue un interior inteligente, técnico y con una magnífica llegada (los 14 goles que logró en sus dos temporadas a las órdenes del Zorro de Arteixo así lo atestiguan). Su traspaso al Valencia en 1976 debilitó en cierta medida un centro del campo alicantino que ya nunca fue el mismo.

A mediados de los 80, tras un largo periplo por el Sevilla, vivió una segunda etapa en el Hércules, con el que descendió a Segunda.

CENTROCAMPISTAS-- A la izquierda, Varela, Betzuen y Aracil; en el centro, Cacho Saccardi y Baena; en la derecha, Carcelén, Juan Carlos y Sarrachini.

CENTROCAMPISTAS-- A la izquierda, Varela, Betzuen y Aracil; en el centro, Cacho Saccardi y Baena; en la derecha, Carcelén, Juan Carlos y Sarrachini. / COLECCIÓN DE VICENTE MESTRE

LÜBEKE -Delantero- Perleberg (Alemania)

Peter Lübeke fue un volante izquierdo creativo, con mucha movilidad (podía jugar en ambos costados) y un potente disparo a puerta. En su único año en el club, aunque jugó 30 partidos en los que anotó dos tantos, Lübeke se mostró muy irregular y no pudo cumplir las expectativas que había generado su gran debut ante el Liverpool (3-1, victoria herculana). Su dificultad para aclimatarse a España le pasó factura y acabó marchándose por la puerta de atrás al Ajax.

CHARLES -Delantero- Buenos Aires (Argentina)

Lo que empezó como un fichaje casi almodovariano (se “cambió” el nombre para probar con el Hércules cuando aún tenía contrato en vigor con el Montpellier) terminó en una historia de amor con Alicante que aún hoy perdura. Adolfo José Troisi Couto fue un extremo rápido y muy vertical. En sus cuatro campañas como blanquiazul jugó 117 partidos, marcó 19 goles y se aseguró la inmortalidad entre el herculanismo tras su inolvidable doblete ante el Madrid en el 3-0 del 77.

ARIETA -Delantero- Durango (Bizkaia)

Después de toda una vida en “su” Athletic, Antón Arieta-Araunabeña Piedra cambió la

rojiblanca por la blanquiazul del entonces recién ascendido Hércules. Y no le fueron mal las cosas a este extremo centrador en Alicante, sobre todo en su primer año, donde fue titular, se hartó de asistir a Barrios y además logró 6 goles (uno de ellos muy aplaudido en San Mamés). Su segunda y última temporada, en la que apenas jugó 12 partidos, supuso el punto y final a su carrera deportiva.

BARRIOS -Delantero- Santa Cruz de Tenerife

José Antonio Barrios Olivero llegó en 1974 vía Barcelona y permaneció en el Hércules hasta 1978. Pragmáticamente, su estancia en Alicante se tradujo en sendos puestos de honor en Primera (quinta y sexta posición), 137 partidos y 48 goles. Pero el canario representó mucho más que unos excelentes números. Barrios fue un jugador muy vivo, rápido en las distancias cortas y un magnífico rematador. El área era su territorio y la red rival su presa. Con el Tigre, el gol nunca estuvo en peligro de extinción en la tupida hierba del Rico Pérez...

DELANTEROS-- En primer término, Tigre Barrios y arriba, de izquierda a derecha, Arieta, Charles y Lübeke.

DELANTEROS-- En primer término, Tigre Barrios y arriba, de izquierda a derecha, Arieta, Charles y Lübeke. / COLECCIÓN DE VICENTE MESTRE

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