Hércules CF 1-0 AE Prat

Un zapatazo de Artiles pone quinto al Hércules

El tanto del grancanario contrarresta la pifia de Jean Paul, que dejó a su equipo con diez más de 80 minutos después de hacer una falta absurda

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Cerrar los ojos y verlo todo claro. Apretar las mandíbulas, levantar la cabeza, no dejar nunca de correr. Creer que sí, empeñarse en ello, seguir de pie pase lo que pase. Hacer de lo imposible algo probable es el ejercicio más difícil, siempre, en todos los ámbitos. Conseguirlo, una rareza tan impropia del Hércules que dan ganas de congelar el tiempo para que la sensación de ingravidez no se acabe nunca, para que el impulso que ahora resulta incontenible anide en un estadio sobrado de achaques y desengaños.

No hay límite. O eso es lo que parece visto desde fuera. Los blanquiazules aún no han perdido con Lolo Escobar. Han ganado cinco partidos, tres con remontadas y dos con un jugador menos, el mismo, Jean Paul, incapaz de compatibilizar sus enormes ganas de triunfar con la serenidad productiva que exige su oficio.

Idéntico lugar del campo, casi el mismo minuto. Esta vez no llevaba el balón, esta vez fue él quien lo quiso robar. No midió. Se lanzó con todo a por la pelota y, lo deseara o no, la inercia hizo que los tacos de sus botas golpearan con dureza en la espinillera de Adrian Díaz. Sonó a crujido seco, nítido, seguro que doloroso. Cuando el joven galo vio venir al colegiado con la mano en el bolsillo pensó igual que los demás: «¿Otra vez...? ¡No puede ser!». Lo fue. Segunda titularidad, segunda roja seguida, segunda vez que el francés deja a su equipo más de 80 minutos peleando con uno menos.

Los alicantinos liman 10 puntos en 7 jornadas con cinco victorias y dos empates con Escobar en el banquillo y ya están en zona de promoción

Una parte del Rico Pérez juzgó excesivo el castigo al canterano, la otra le puso la cruz. Pero ambas coincidieron en una cosa: había que tirar del equipo y así se hizo. Con el empuje unánime de los seguidores, el Hércules fue capaz de comportarse como si no le faltara nadie sobre el césped. Tuvo el balón. Cargó con el peso del juego, adelantó la defensa, presionó arriba con bastante coordinación y apenas sufrió embestidas. De hecho, hasta la pifia de Jean Paul, Alvarito había dispuesto de dos ocasiones para batir a Craviotto. En la primera, envió el balón al poste, y en la segunda, recogiendo el rechace, no acertó a meter la cabeza y acabó rematando con el pecho sin poder alejar el cuero del primo del insigne piragüista.

Jean Paul no puede ocultar su frustración tras ser expulsado por segunda vez consecutiva.

Jean Paul no puede ocultar su frustración tras ser expulsado por segunda vez consecutiva. / Jose Navarro

Al poco, Toscano, determinante mientras le aguantaron las fuerzas, llegó hasta el balcón del área acompañando una contra ideada por Míchel y Artiles, pero a su chut le faltó una pizca de rosca hacia adentro para colarse en la portería. Después, tras la expulsión, el ímpetu ofensivo inicial dio paso a un racionamiento de la energía que mermó el potencial atacante sin afectar al dominio de la posesión. Escobar reconstruyó el plan inicial sin introducir nuevas piezas, se limitó a situar a su máximo goleador como referencia única arriba.

Los catalanes pidieron dos penaltis después de que el colegiado mostrara la cartulina roja al delantero francés

Así entiende el fútbol el extremeño, tiene una confianza ciega en los once que alinea y únicamente los trastoca cuando la alternativa más factible es la derrota. La idea es discutible, pero mientras funcione nadie cuestionará su empeño ni dentro ni fuera del campo.

El paso de los minutos no equilibró las fuerzas, solo confirmó que el gasoil de los jugadores no es infinito. Los recorridos largos del mediocentro italiano, las idas y venidas de Míchel, las carreras arriba y abajo de Raúl Ruiz y Retuerta, las pugnas por alto de Mario Gómez, la obligación de Maxi de mantener el dibujo a pesar de la inferioridad y, lo más difícil de sobrellevar, la orden de no recular restaron fuste a la acción defensiva y dieron al Prat, invisible en la primera mitad, la opción de poner a prueba a Carlos Abad, que respondió con solvencia.

En el primer cuarto de hora, Alvarito estrelló un balón en el poste y a Toscano se le marchó un disparo al borde del área por muy poco

Los catalanes, imbuidos de un gusto exquisito por la circulación ordenada, pausada, teledirigida, cometieron un fallo. Mousa, en plena salida, con sus compañeros proyectados en ataque, se dejó atrás la pelota, entre otras razones, porque cuatro jugadores del Hércules, activos en la presión, le obligaban a pensar y maniobrar con suma rapidez. Artiles, uno de los que le hostiga, recoge el balón en la banda, gira sobre sí, inicia la diagonal hacia el área y, cuando alcanza la frontal, arma la pierna y su disparo, potente pero centrado, toca la bota de un defensor y deja sin opciones a Craviotto.

Momento en el que Artiles arma la pierna para ejecutar el disparo que significó el 1-0.

Momento en el que Artiles arma la pierna para ejecutar el disparo que significó el 1-0. / Jose Navarro

De un posible penalti por supuesta mano reclamado en voz muy baja en la portería de Carlos, al júbilo epidural del 1-0. Estos guiones, no hace tanto, siempre salían torcidos, mal, del revés, con finales tristes, agrios, amargos a rabiar. Ahora no. Ahora la moneda cae de cara. Ni los cuatro cambios de golpe que introdujo Dólera en el 69 ni los tres jalonados que hizo Escobar, a regañadientes, cambiaron el devenir de la contienda.

Con el Prat volcado –devorado por la culpa del tiempo gastado haciendo circular la bola sin profundidad–, y el Hércules en bloque bajo de forma inconsciente para salvar su botín, los catalanes reclamaron una segunda pena máxima que el árbitro no juzgó como tal. Igual lo fue, pero la excesiva exageración del delantero le quitó las ganas de hurgar en el ánimo de una afición que ya le había mostrado su aversión al descanso. Le costó pitar el final, más de ocho minutos. Dio igual, el balón ya no corrió, otra lección de Lolo Escobar que germina en el erial que dejó su antecesor

FICHA TÉCNICA

HÉRCULES: Carlos Abad, Raúl Ruiz, Roger Riera, Mario Gómez (Diego Jiménez, 86’), Retuerta, Maxi Ribero, Toscano, Míchel Herrero (Harper, 71’), Artiles, Jean Paul y Alvarito (Cedrés, 86).

PRAT: Craviotto, Benítez (Sidibe, 69’), Valentín, Héctor, Adri Díaz (Molina, 69’), Pau Salvans, Aliou (Elhadji, 69’), Padilla, Uri (Fernández, 86’), Corominas y Mousa (Adrian Rivas, 69’).

GOLES: 1-0, Min.65: José Artiles.

ÁRBITRO: Thierry Torres Rodríguez (Ibiza). T. Amarillas: para los locales Riera, Carlos Abad y Artiles y para los visitantes Salvans, Adri Díaz y Padilla. T. Roja: para Jean Paul N’Djolí (24’), del Hércules.

ESTADIO: José Rico Pérez, con algo más de 4.000 espectadores en la grada. Partido correspondiente a la jornada 20 en el Grupo 3 de Segunda RFEF.