Segunda RFEF

¿Merece seguir Lolo Escobar en el Hércules?

El entrenador del Hércules habría acabado tercero si solo contaran los 21 partidos que ha dirigido al equipo; sin embargo, con el técnico al frente, los alicantinos han finalizado octavos en la segunda vuelta

Lolo Escobar, de cuclillas, durante el partido del Hércules en Ibiza en la jornada 34 de Segunda RFEF.

Lolo Escobar, de cuclillas, durante el partido del Hércules en Ibiza en la jornada 34 de Segunda RFEF. / JA RIERA / LOF

Pedro Rojas

Pedro Rojas

¿A quién se carga con la enorme responsabilidad de librar al Hércules de las garras de la mediocridad? ¿Es Lolo Escobar la persona más indicada? Sin duda es una decisión trascendente, la más importante que debe tomar la comisión deportiva del Hércules, aún sin configurar. El entrenador blanquiazul dispone de un año más de contrato y no está dispuesto a renunciar a él por voluntad propia, de modo que toca poner en una balanza pros y contras de que el preparador extremeño continúe al frente del banquillo.

Estadística.

Los números macro avalan a Escobar. Atendiendo únicamente a los 21 partidos que ha dirigido, habría finalizado en tercera posición. En ese periodo, solo Teruel y Peña Deportiva han firmado mejores registros que el Hércules. Sin embargo, al aumentar el enfoque del microscopio la situación cambia, y mucho.

Tomando como muestra toda la segunda vuelta, los datos revelan una realidad muy diferente. Siete equipos han sido mejores que los blanquiazules en la segunda mitad de la Liga. Ha perdido un punto más (26) de los que ha sido capaz ganar (25) firmando un balance muy pobre de 7 victorias, 4 empates y 6 derrotas, números muy similares a los que acabaron con Ángel Rodríguez en la primera parte del campeonato.

26 PUNTOS

Ha perdido el equipo en toda la segunda vuelta

► Ha dejado escapar uno más de los que ha ganado (25) en la segunda mitad de la Liga.

15 PUNTOS

En las últimas 10 jornadas, las que deciden el objetivo

► El Hércules de Lolo ha perdido la mitad de los puntos en las 10 fechas finales y no ganó ninguno de los duelos importantes.

Si elevamos aún más la graduación de la lente, entonces descubrimos que en las últimas 10 fechas, esas en las que todos los expertos coinciden que se definen los objetivos, las definitivas, las más relevantes, ahí el Hércules de Lolo sale muy malparado. Nueve clubes superan a los alicantinos en ese tiempo. Cuatro triunfos, dos de ellos cuando ya no había nada grande por lo que luchar, y las mitad de los puntos al limbo (15). El drama se acrecienta cuando se une a la ecuación la incapacidad manifiesta para ganarle a rivales directos de la parte alta (ningún triunfo con Escobar) y siempre, desde su llegada, con balance de goles negativo.

Lolo Escobar, delante del banquillo del Hércules en Can Misses antes del partido con el CD Ibiza.

Lolo Escobar, delante del banquillo del Hércules en Can Misses antes del partido con el CD Ibiza. / JA RIERA / LOF

Liderazgo

El desgaste que ha ido provocando en el vestuario la dificultad para competir frente a iguales (o en situaciones de máxima presión en la segunda vuelta), una vez extinguido el efecto revulsivo que generó su contratación (con tres victorias y un empate en resoluciones de partido, digamos, altamente inusuales, extraordinarias, incluso), obliga a repensar si lo más conveniente es dar continuidad al triste desenlace, si quien menos control ha demostrado sobre los jugadores en el campo debe seguir comandando una nave que necesita que todo arranque bien, que no haya titubeos.

El Hércules, en Segunda RFEF por tercera campaña seguida, es un depósito gigante de queroseno al que no se le puede acercar ni la más mínima chispa porque puede saltar por los aires a las primeras de cambio.

¿Es aconsejable fiar el control de la situación a quien ha vivido con extrema angustia cada revés, cada partido malo, cada resultado adverso, cada sustitución fallida?

Fiar el control de la situación a quien ha vivido con extrema angustia cada revés, cada partido malo, cada resultado adverso, cada sustitución fallida, que no ha dudado nunca en señalar culpables dentro del equipo es un acto de fe que exige que todo salga rodado desde el primer minuto porque lo contrario sería abrirle la puerta al vacío, caer en un agujero negro del que, como ha quedado acreditado, es inmensamente difícil salir si eres un club con la alta exigencia y la aplastante presión que soporta Hércules, una entidad a la que solo le sobreviene la paz a base de victorias. No hay otro modo.

Clasificación obtenida en las 21 jornadas que Lolo Escobar ha dirigido al Hércules.

Clasificación obtenida en las 21 jornadas que Lolo Escobar ha dirigido al Hércules. / INFORMACIÓN

Rendimiento

Más allá de lo anterior, hay otra variable fundamental, la que se mide con las nuevas técnicas de análisis de que disponen los clubes: el desarrollo individual de los jugadores. Un entrenador, cualquiera, tiene dos misiones inexcusables: ganar y mejorar el rendimiento del plantel. Con Lolo Escobar, por desgracia, lo primero ha sucedido menos de lo estimado tras su irrupción positiva en el proyecto y lo segundo directamente no ha ocurrido.

Nadie ha mejorado sus prestaciones. Ninguno. Y los pocos que estaban bien, como Alvarito, han caído en picado. Tampoco ha sido capaz de implantar un sistema defensivo sólido frente a adversarios de su mismo rango ni ha generado mecanismos de producción ofensiva que sirvieran para armar ataques eficaces aprovechando la mayor inversión en talento. Con Lolo, a la hora de la verdad, el Hércules ha estado a merced de su oponente, incluso enfrentándose a los de la parte baja. Cartas boca arriba... no va más.