César Moreno quiere un futuro mejor

El Hércules ambiciona convertirse en un trampolín para jugadores jóvenes con talento. Abde abrió esta posibilidad de negocio y la propiedad blanquiazul considera que puede ser una buena alternativa para generar ingresos en el balompié más modesto. El modelo es sencillo. El conjunto alicantino es un excelente escaparate para futbolistas que despunten en los equipos que están fuera del radar del fútbol profesional. Iván Martínez, Manu Navarro, Dylan Leiva, Víctor Eimil, Marcos Bravo, Luque Júnior, Alvarito, Nico Espinosa y, como no, César Moreno, responden (inicialmente) a esta condición que debe de tener en cuenta la secretaría técnica a la hora de proponer fichajes.

Algunos perfiles son más evidentes que otros, menos arriesgados si se tiene bien peinado el mercado nacional y extranjero. Pero la filosofía es esa en este momento de estancia en la cuarta categoría, donde el Hércules es un destino goloso para agentes que deseen promocionar a jóvenes valores sin sitio en las principales canteras del país o que, pese a sus enormes fundamentos, se ganan la vida como referencias en franquicias menores, sin peso histórico, con una masa salarial más precaria.

Tras la venta de Abde al Barça, todos los focos señalaban a César Moreno como el siguiente en dejar beneficio en las cuentas blanquiazules. Por eso se esforzó el club en renovarle antes de que finalizara su penúltima temporada como blanquiazul, la última con rango sub-23. En la que empezará en septiembre, ya dispondrá de alta profesional de pleno derecho, dado que cumple años en abril, durante el curso.

El Hércules cree que, si finalmente explota, puede realizar con él una venta similar a la concretada con Abde

El pivote defensivo (y su oficina de representación) se pensaron mucho aceptar la propuesta, no querían quedarse atados al conjunto alicantino con poca capacidad de decisión sobre su propio futuro, que pasa por llegar al fútbol profesional cuanto antes.

El futbolista cartagenero, que pisó la Primera División con el Elche, de donde salió en agosto de 2021, tiene muy interiorizado que su lugar está en la LFP y no se muestra dispuesto a renunciar a ello. Al final, alcanzó un acuerdo ventajoso para ambas partes. El Hércules le tienen en propiedad hasta junio de 2027, pero para eso se comprometió a no poner trabas en caso de que un club de Primera o Segunda se interese de verdad por su traspaso.

Nervios de más

Lolo Escobar, que vivió todo este proceso en primera persona desde el parón Navidad, llegó a insinuar en la sala de prensa que los nervios y la incertidumbre vivida por el jugador hasta que finalmente plasmó su rúbrica en las nuevas condiciones pudieron ser la causa de la lesión frente al Ebro, en Zaragoza, el 26 de febrero. Cuatro partidos se perdió César Moreno después de aquello que se saldaron con dos derrotas, un empate y solo una victoria. Cuando regresó, ya no alcanzó el mismo nivel y el equipo, a juicio del entrenador de Don Benito, lo acusó.

El centrocampista murciano es un buen futbolista, pero sus números no han mejorado con respecto a la pasada campaña, la primera como blanquiazul. Suma dos goles en 59 partidos, pocos, a juicio de los expertos, para el excelente golpeo que posee. Sin embargo, su empeño por sentirse (y pensar) como un «seis» puro le restan rango ofensivo (y valor de mercado) porque se siente excesivamente incómodo por delante de la línea medular en tareas de «ocho».

El Hércules y el jugador están convencidos de que iniciarán juntos la campaña 2023-24, pero ambos saben que si es un equipo de Primera o Segunda quien se lanza a por él, entonces las probabilidades de que la operación cristalice serán muy altas, algo que, de momento, no es una amenaza porque aún puede (y debe) dar mucho más como futbolista.