Real Murcia 1-0 Hércules CF

Apagón ofensivo del Hércules en Murcia

Los blanquiazules recuperan su habitual mala imagen a domicilio y caen por la mínima en la Nueva Condomina después de firmar un solo remate con peligro

Los alicantinos retienen el golaveraje con el conjunto grana, pero pierden a Javi Moreno para el partido en Marbella de dentro de siete días

Derrota en la Nueva Condomina

Derrota en la Nueva Condomina / Alex Domínguez

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Es inevitable. Nunca se puede llegar del todo ni cambiar definitivamente. Y es así porque la historia pesa demasiado, es tozuda, terca como un niño que no quiere irse a la cama. Revertir un mal hábito es una tarea colosal, leonina, bastante desagradable y generalmente lesiva. Nadie sale indemne de un pulso con lo peor de su propio yo. Siempre hay daños. El Hércules no es una excepción. Sexta derrota fuera de casa en diez salidas. El equipo que maravilla en su ciudad se torna un amasijo de intenciones indescifrables que nunca llegan a nada cuando se sube a un autocar. Da igual la gente que le acompañe en ese desplazamiento, nunca se siente como en casa. Jamás. La mancha de su debilidad como visitante se extiende como una nube de petróleo en una tempestad, le persigue voraz, es como si se olvidara del estilo que le sirve para ganar con solidez en el Rico Pérez.

Ni las más de 3.500 personas que viajaron desde Alicante para dar aliento al bloque de Rubén Torrecilla fueron suficiente razón para no repetir un despropósito agotador, cansino, frustrante como los malos finales de las novelas y las películas. Perder a domicilio se ha convertido en un ritual, en un vicio, en una realidad monstruosa que se explica desde la dificultad descarnada de hacer llegar la pelota al área rival cuando no hay espacio, cuando no te dejan correr, cuando el rival, que te ha estudiado bien, te presiona y te hace pequeño.

Así lo viven en la grada los más de 3.000 aficionados hérculanos desplazados a Murcia

Javier Bartual

Cuando eso pasa, como anoche en la Nueva Condomina, el Hércules se convierte en un bloque descabezado, sin ligazón, incapaz de dar dos pases con sentido ofensivo, y lo fía todo a las aventuras viscerales, al sacrificio de su talento con carreras interminables desde campo propio, a disparos blandos con la fuerza justa, sin veneno. Ayer, solo uno con auténtico peligro y fue a los 94 minutos. El Real Murcia llevó la línea de presión hasta los dominios de Carlos Abad y anuló por completo la capacidad ofensiva de los blanquiazules.

Ahí radica el problema, en la conducción, en la asunción de responsabilidad, en quién demonios se ofrece para sacar el balón desde atrás cuando el adversario te impide jugar en campo abierto, te iguala en intensidad, no hace concesiones inocentes detrás y le saca punta a los centros laterales. Ese es el modo más sencillo de doblegar al Hércules, de hacerlo hincar la rodilla. Ha sido así siempre en lo que va de curso, y la tendencia sigue latente en el comienzo de la segunda vuelta.

Son calcos exasperantes... y los goles encajados, también. El que le dio el triunfo al equipo grana llegó en la segunda mitad después de una primera de solemne dominio grana. El Murcia fue mejor, pero no lo suficiente como para rentabilizar un control ensordecedor.

Después, tras la reanudación, con los visitantes aparentemente conformes con la situación, sometidos, pero contentos, Fran Fernández anticipó una posible solución. Retiró a Loren Burón y Larrea y los sustituyó por Pedro León y Boateng. Lo hizo en el minuto 62... y marcó en el 63, con ambos como secundarios indispensables. 

Carlos Abad decidió renunciar a rifar más balones con saques en largo. Sin un delantero puro, todas las pelotas divididas estaban siendo regalos, bumeranes. Por eso el portero cambió de estrategia. Cedió en corto a Retuerta, que se durmió (otra vez) y se tuvo que sacudir de encima el cuero con un patadón. Apretó Boateng y ganó la bola para que su central Saveljich, ágil, veloz, evitara que saliera por la línea de banda.

Los alicantinos reclamaron un posible penalti de Soler sobre Sotillos en el tiempo añadido

Su envío apurado, sin dirección, le cayó al veterano icono grana, que, a sus 38 años, condujo con esmero, con pausa, sin titubeos, hasta que encontró a Toral desmarcado en flanco zurdo y le sirvió el balón con delicadeza. El extremo regateó al borde del área, se fabricó un espacio entre dos defensores blanquiazules y centró desde el lateral. Un envío sedoso, medido, que Alcaina agradeció convirtiéndolo en tres puntos con un remate de cabeza clásico, puro, que golpeó primero en la madera y luego botó dentro.

Siempre fuera de lugar

El ex delantero centro del Alcoyano se adelantó a Retuerta, un lateral con más apellido que regularidad a quien le cuesta dar con el lugar exacto en el que estar. Con el 1-0, al Murcia, necesitado de puntos y buenas noticias, le dio por echarse atrás, por conservar, por ceder terreno, y en ese escenario el ideario de Torrecilla resulta más reconocible, más sustancial. Se adueñó del control, pero siguió sin inquietar, sin disparar con fuego real.

Entonces apareció Gazzaniga e hizo lo que nadie hace en el Hércules, perder tiempo cuando toca. Aprovechó el único intentó de batirle, un escorzo sensacional de Coscia, para acariciar el poste por pura inercia y reclamar la asistencia médica. Ahí murió el derbi, ahí se ahogaron los deseos de la hinchada herculana, que volvió a venir de vacío, a sentir que su equipo no da la talla, que se arruga cuando pisa una hierba que no le suena de nada. Y lo malo es que en una semana la cita es en Marbella, lejos de la chimenea de casa. Maldita sea. Échate a temblar...

MURCIA: Gazzaniga, Jorge Mier, Saveljich, Alberto González, Loren Burón (Pedro León, min. 63), Larrea (Boateng, min. 63), Alcaína (Laso, min. 87), David Vicente, Juan Carlos Real (Kenneth Soler, min. 80), Toral (Benito, min. 80) y Palmberg.

HÉRCULES: Carlos Abad, Montoro, Roger Colomina, Artiles (Soldevila, min. 64), Nico Espinosa, Javi Moreno (Alvarito, min. 80), Samu Vázquez, Sotillos, Retuerta (Del Moral, min. 80), Aranda (Mario García, min. 73), Dani Romera (Coscia, min. 80). 

GOLES: 1-0, Min. 63: Raúl Alcaina

ÁRBITRO: Gonzalo Romero Freixas (Tarragona). Mostró una cartulina amarilla a Larrea y a Jorge Mier, del Real Murcia, y a Javi Moreno, del Hércules. 

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 20 en el grupo 2 de Primera Federación disputado anoche en la Nueva Condomina de Murcia con más de 3.500 herculanos presentes en la grada firmando un desplazamiento histórico fuera de la provincia.

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