Crónica

La pésima defensa funde al Hércules en Antequera

El estropicio firmado de inicio en El Maulí impide a los alicantinos puntuar en un partido que ya perdían 3-0 en el minuto 22

Pedro Rojas

Pedro Rojas

La magia hipnótica del fútbol. Te mentalizas para el absoluto desastre, pero te quedas a un mínimo desliz de ser capaz de arañar un punto que sonaba a chiste a los 22 minutos. Como espectáculo, imbatible. Como sucesión lógica, tremendamente difícil de explicar más allá del exabrupto. El Hércules perdió en Antequera su duodécimo encuentro de la temporada. Ninguno de los rivales que pelean con él por saltar de categoría ha tropezado tanto. Pero en El Maulí, por primera vez en este curso, se fue un poco más allá, casi al abismo, y se bordeó el ridículo de manera bochornosa. Antes de la media hora, el equipo alicantino ya perdía 3-0 porque decidió no defender. Nada. Cero. Escogió ser transparente.

Y así no se puede intimidar a nadie, ni siquiera a un bloque herido, lleno de dudas, de sombras, de tensión interna provocada por el desplome sufrido en la segunda vuelta. Es imposible aspirar al triunfo saltando al campo con semejante apatía y desorden, yendo de oyente, renunciando a participar del intercambio de golpes, rehuyendo la pelea, el cuerpo a cuerpo. El mismo once que se partió la cara frente al líder siete días antes, se dejó ir en Antequera. Así, sin dar aviso, sin una razón digerible. Permitiendo, otra vez, que un exherculano que pasó inadvertido por el club, se redimiera con dos goles y una asistencia.

Roigé como si fuera Messi

Entre Pol Roigé y Biabiany se bastaron para sacarle los colores al Hércules. A los seis minutos urdieron el primero de Álex Rubio; a los 16, tras un doble caño a Solde y Mangada, el exatacante del Intercity sentó a Samu y Artiles y anotó el segundo con un disparo raso desde la frontal. Y a los 22, en el enésimo centro al área mal interpretado, Josema no mide, el cuero le llega al francés que, a sus 36 años se las apaña para estar solo en la zona de máximo peligro y asistir al barcelonés para júbilo de un estadio semivacío que no daba crédito, que igual pensó que lo peor de la tormenta ya había pasado y que por fin, tras más de dos meses de apuros, tocaba una victoria plácida.

No fue así. Y ni por falta de oportunidades. 15 remates en la primera parte –ocho de ellos a portería– firmaron los andaluces, un récord para la categoría. Sin embargo, en la primera acción con ganas reales de jugar el balón, de presionar, Nico se coló en el área, vio a Javi Moreno llegar a la frontal, le pasó y este, sin pensar, de memoria, pateó de primeras y ajustó su tiro al palo.

Nico Espinosa trabaja para robarle el balón a Luismi.

Nico Espinosa trabaja para robarle el balón a Luismi. / LOF

Apenas lo celebró consciente del desastre colectivo anterior, pero sí que instaló una nube negra sobre los locales, que después de malgastar otras tres ocasiones cristalinas para destrozar a su adversario, volvieron a ver como el capitán blanquiazul, indómito por su flanco, le robaba la pelota a Luismi, avanzaba apoyándose en Retu y servía otro pase medido, este a la cabeza de Soldevila, para que el catalán batiera a Jero Lario y decretara el estado de alerta en El Maulí.

Cualquier aspirante al ascenso habría aprovechado esa inercia para crecer, para horadar el ánimo enemigo; pero el Hércules, no. El equipo de Torrecilla prefirió quedarse mirando mientras Luismi botaba un córner que Biabiany cabeceaba a placer libre de marca siendo el único antequerano entre cinco jugadores blanquiazules. Primero se desentendió de él Montoro y luego Josema. El resto ni le miró ni se dio cuenta, así que el galo devolvió la serenidad al Antequera justo antes del descanso (4-2).

Sin delantero centro

En cualquier coyuntura similar, el envite no habría dado para mucho más entre el marcador, el sopor del mediodía y el estado de ánimo de unos y de otros, pero es que el conjunto del joven Javi Medina es un manojo de inseguridades crónico, de modo que Jero Lario, que volvía a ser titular tras cumplir sanción, le regaló a Solde el mismo balón en la frontal que a Romera en la primera parte. El almeriense no supo qué hacer con ese fallo clamoroso del guardameta y el catalán lo envió a la red con más de media hora todavía por disputarse.

Dani Romera lamenta una ocasión muy clara para marcar frente al Antequera, en El Maulí.

Dani Romera lamenta una ocasión muy clara para marcar frente al Antequera, en El Maulí. / LOF

Los andaluces, atenazados por el pánico, fueron dando pasos paulatinos hacia detrás, cediéndole el terreno a un Hércules que, pese a ello, fue incapaz de estirarse con peligro, de abundar en la ruina local, de generar superioridad frente a una defensa envuelta en llamas. Perdió la referencia de Nico, volcó todos sus ataques por la derecha y, ya en modo desesperado, resopló cuando otro ex del Intercity, Xemi, le perdonó la vida en el 88. Su cabezazo en el segundo palo libre de marca se marchó rozando el poste.

Un punto te cambia la perspectiva. Sin él, los alicantinos se quedan a 7 de un Antequera que tiene problemas mayores que perder su tiempo en averiguar si será Nando o Abad quien defienda la portería. No todo puede ser conspiración... o no debería.

ASÍ TE LO CONTAMOS MINUTO A MINUTO

FICHA TÉCNICA

ANTEQUERA CF: Jero Lario; Iván Rodríguez (Toni Arranz 83’), Fomeyem, Iván Pérez, Carrión; Marcelo (Aspra 63’), Chema Núñez, Luismi García; Biabiany (Elejalde 72’), Álex Rubio (Chemi 72’) y Pol Roigé (Clavijo 63’).

HÉRCULES CF: Nando Almodóvar; Samu Vázquez (Alvarito 74’), Montoro, Josema Gómez, Retuerta; Mangada (Colomina 52’), Artiles; Javi Moreno, Soldevila, Nico Espinosa; y Romera (Coscia 74’).

GOLES: 1-0, Min.6: Álex Rubio. 2-0, Min.16: Pol Roigé. 3-0, Min.21: Pol Roigé. 3-1, Min.28’: Javi Moreno. 3-2, Min.37: Soldevila. 4-2, Min.41: Biabiany. 4-3, Min.57: Soldevila

ÁRBITRO: Alejandro Ojaos Valera, nacido en Murcia.

TARJETAS: a Samu Vázquez (25’), Iván Rodríguez (48’), Pol Roigé (61’), Chema Núñez (80’), Elejalde (85’), Retu (94’) y Clavijo (95’).

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 31 de Primera RFEF disputado en el estadio El Maulí de Antequera con 1.700 espectadores en la grada, un centenar de ellos blanquiazules.

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