Fallece Peter Rufai, exguardameta del Hércules, a los 61 años

Un paro cardíaco acaba con la vida del portero que defendió la portería del conjunto blanquiazul la temporada 96-97

Rufai en un entrenamiento con el Hércules

Rufai en un entrenamiento con el Hércules / INFORMACION

César Hernández

César Hernández

Adiós al príncipe Rufai. Fue uno de los fichajes más mediáticos del Hércules en la temporada 96-97 con el conjunto blanquiazul en la Primera División. Rufai, hijo del rey Rufai de Idimu, una tribu que habitaba en las afueras de Lagos, fue el elegido para defender la portería del Hércules. Procedía del Farense luso y el club pensó en el nigeriano para paliar los problemas en la portería que no solventaban ni Marí ni Huard. Tan solo jugó 10 partidos en los que encajó 17 goles. No brilló en exceso pero su carismática figura no pasó desapercibida para nadie. Falleció de un inesperado paro cardíaco mientras dormía. La Federación Nigeriana de Fútbol fue la primera en comunicar la noticia: “Peter Rufai no solo fue un extraordinario deportista, sino también un líder y un símbolo de compromiso con nuestro país. Su legado permanecerá en la historia del fútbol nigeriano”.

Rufai durante su etapa en Alicante

Rufai durante su etapa en Alicante / INFORMACION

Rufai participó en dos mundiales con su selección y ganó la Copa África de 1994. Era un jugador muy querido que nunca han olvidado los seguidores del Hércules. "El príncipe", como se le conocía durante su presencia en Alicante, deja dolor. El siguiente destino del africano fue el Deportivo, donde jugó entre 1997 y 1999. También jugó en Bélgica, Países Bajos y Portugal, donde se retiró hace 25 años. Deja un gran recuerdo por su carácter afable y siempre con buena cara con los jugadores de las categorías inferiores a los que impartió más de un campus. Este periódico recordó su figura hace menos de un mes con un amplio reportaje de Enrique Moscat.

Era hijo del Rey Rufai de Idimu y, aunque no le gustaba hablar de su sangre azul, la prensa destacó pronto su procedencia que desvelaba que era el heredero al trono pese a no ser el mayor de sus ocho hermanos pero sí el elegido en la sucesión, recordó EFE.

La muerte de su padre, en 1999, le sorprendió mientras jugaba en el Deportivo. Rechazó sucederle y perdió la oportunidad de subir al trono: «Nunca quise ser rey. Si lo aceptaba, no podría ser futbolista. Sé que hubiera tenido una buena vida, porque sabía cómo vivían mis padres. Pero eso no era para mí. No me hacía feliz. Lo que quería era el fútbol», dijo en una entrevista de la época a ‘The Irish Times’. «Perdí la oportunidad de ser rey por el fútbol. Perdí a mi padre pocos meses antes del Mundial de Francia 1998. Nunca me he arrepentido de haber renunciado a ese estatus, porque respeto profundamente mi carrera profesional», dijo en una entrevista a ‘The Sun Nigeria’ en 2018.

Rufai acabó su etapa en el Deportivo, volvió a Portugal para jugar en el Gil Vicente y en la temporada 1999/2000 colgó los guantes. Dos décadas y media después, se fue para siempre el hombre que pudo reinar y que cambió un cetro por una vida bajo los palos para despejar balones.    

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