El alquiler de las mesas en los racós es, para muchas hogueras, su principal vía de ingresos. De ahí que las diferentes comisiones se esmeren por captar el máximo número de interesados reduciendo el precio de las mesas y organizando diferentes actividades, desde fiestas infantiles y temáticas a mascletàs nocturnas, para tratar de que su oferta sea atractiva. Son las hogueras de los barrios las que, en general, tienen más dificultades, mientras en el centro algunas tienen hasta lista de espera pese a ofrecer precios más elevados.

En los barrios, se pueden encontrar mesas a un precio de 185 euros -140 euros si se trata de vecinos que pagan la cartilla-, como es el caso de Nou Babel, o de 240 euros -150 euros para los que colaboran todo el año- en Polígono de San Blas. Mientras, en el centro hay algunas como Hernán Cortés que disparan su precio a los 550 euros. En cualquiera de los casos, hay que tener en cuenta que las mesas se alquilan para todas las Hogueras y tienen capacidad para diez personas, lo que hace que muchos grupos de amigos o familiares se decanten por esta opción para vivir las fiestas. No obstante, hay algunas zonas donde se echa en falta una mayor participación. Es el caso de Nou Babel.

El presidente de esta hoguera, Mario García, explica que «tenemos espacio para un centenar de mesas, pero sólo hemos podido alquilar veinte porque la gente sigue siendo muy reacia y eso que hacemos muchas actividades, como una fiesta infantil que tenemos prevista para tratar de implicar más al barrio». García destaca que al precio de las mesas para diez personas, cada una de ellas saldría a 18 euros para todas las Hogueras «3 euros al día». Pese a que «hemos bajado el precio diez euros con respecto al año pasado, sólo hemos conseguido alquilar veinte mesas, las mismas».

En Polígono de San Blas la oferta de este año, con noches temáticas sobre Ibiza, Sevilla o Galicia y la celebración de mascletàs nocturnas, ha logrado aumentar su reserva de mesas, pasando de las más de cuarenta del año pasado a las 60 en esta edición. «Parece que la gente se ha animado», celebra su presidenta, Manoli Abril, quien destaca que las cifras distan mucho de las de antes de la crisis, «cuando se alquilaban más de un centenar de mesas». Los precios también se han bajado con respecto a entonces y se mantienen similares a los del año pasado. «Es una importante vía de ingresos», subraya.

En cuanto a las barracas, este año plantan un total de sesenta y cinco, tras las bajas de Deport i Remei, que estaba adscrita al distrito de Rambla de Méndez Núñez, y Ja Sabreu qui som, de Ángeles Felipe Bergé. Nueve de ellas están fuera de concurso, y el resto se han gastado algo más de 130.000 euros en sus portadas. Cinco barracas concursarán en Especial, Els Chuanos, Festa i Vi, Foc i Festa, Los Gorilas y Trons i Bacores. Festa i Vi, en La Florida, es la que más dinero se gasta en plantar, 9.500 euros.

Cada vez son más las barracas que comparten gastos con las hogueras donde plantan, sobre todo la música, y el montaje y explotación de la barra, para ahorrar. «Así no les sale tan caro mantener la barraca, ya que algunas tienen muy pocos socios, es una fórmula que funciona muy bien y evita que desaparezcan», explica Antonio Jaén, delegado de Barracas de la Federación de Hogueras.

Jaén cree que este sistema funcionará mientras siga la delicada situación económica y la falta de dinero para las comisiones festeros, e incluso irá a más si se prolonga la recesión, pero será abandonada en cuanto haya una mejoría. «La finalidad de una barraca es estar sola, montar su fiesta y no compartir las cosas pero por ahora, si pueden, se ayudan». En esta tesitura están Tard pero acertat, del distrito Foguerer Carolinas; Block i Mostres, en Calderón de la Barca; Amics i Festa, en la hoguera Carrer Sant Vicent; Poquets pero Bons, en Bola de Oro; y Racó de Festa, en Explanada.