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El barrio de Santa Cruz, sumido en la suciedad durante la semana de fuegos artificiales en Alicante

Las calles y escaleras del histórico vecindario se llenan de orines y chorretones en días de gran afluencia de personas que acuden al parque de La Ereta para ver los espectáculos pirotécnicos

Este es el estado del barrio de Santa Cruz durante la semana de fuegos artificiales en Alicante

INFORMACIÓN

José Gómez

José Gómez

Casi igual que todo el año, pero peor. Los vecinos del barrio de Santa Cruz, entre el corazón de Alicante y las laderas del Benacantil, denuncian el terrible estado de suciedad que presentan sus calles tras las Hogueras y durante la semana de los fuegos artificiales, que por su cambio de ubicación este año, dejan una atractiva postal desde el parque de La Ereta, muy buscada por alicantinos y visitantes estos últimos días.

El resultado es un mayor trasiego de personas por las escaleras y pasajes de Santa Cruz. Sumando a la coctelera el incivismo, muy asociado por los vecinos a la vida nocturna del Casco Antiguo, y a la señalada falta de limpieza, el resultado es el de suelos impresentables, llenos de manchas de orines y bebidas arrojadas al suelo, e incluso de sangre, como se puede apreciar en un video compartido por una residente de la zona en sus redes sociales.

La asociación vecinal pide la ZAS

El presidente de la Asociación de Vecinos Laderas del Benacantil, Joaquín Gangoso, lamenta que sea "lo de siempre. Ruido, molestias, suciedad, vómitos, destrozo del mobiliario urbano, degradación en todos los sentidos e inseguridad". Relaciona todos estos problemas a la presencia de personas ebrias y por eso ha insistido en la necesidad de implantar la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) para reducir los horarios de pubs, bares y otros locales de ocio en el Casco Antiguo. "Es fundamental que el equipo de Gobierno sea consciente del problema y ponga todos los medios, empezando por la ZAS y continuando por mayor presencia policial", ha reclamado el representante vecinal.

Carolina Cerdán, también de la asociación, ha criticado que el viernes pasó la incidencia a la contratista de limpieza de la ciudad a través del teléfono que la empresa ofrece a los vecinos para estos casos. Les pidió que subiesen a limpiar hasta las escaleras del barrio, pero ante la falta de acción, Cerdán decidió lavar ella misma su calle: "No podía ni entrar a mi casa de lo mal que olía". También ha comentado que, pese a las personas que suben al parque para hacer su cena de sobaquillo bajo los fuegos, las autoridades municipales no han hecho excepción al horario establecido y han cerrado las puertas de acceso a La Ereta desde el barrio al pasar la medianoche.

Sin salida de La Ereta

Esta es la razón por la que Cerdán ha confesado que tuvo que dejar bajar por su casa hasta una treintena de personas el pasado viernes. Los visitantes, además, bajaban con la linterna del móvil en la mano, pues también se apagó la luz del parque una vez culminada la hora de apertura. Una serie de situaciones que, esperan los residentes de la zona, se alivien a partir de este lunes con el fin de los festejos en la ciudad.

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