Viñas Familia Gil, una empresa centenaria con raíces en Jumilla, ha marcado su camino en el sector vitivinícola con una profunda dedicación a la tierra, la sostenibilidad y el desarrollo social. Fundada en 1916 por Juan Gil Jiménez, lo que comenzó como una pequeña bodega dedicada a la producción de vino a granel ha evolucionado a lo largo de más de 100 años hasta convertirse en un referente global bajo la marca Gil Family Estates. Hoy, con más de 1.800 hectáreas de viñedos repartidas en 10 denominaciones de origen (D.O.) por toda España, la empresa sigue siendo gestionada por la cuarta generación de la familia Gil, siempre con el objetivo de honrar su legado y ampliar sus fronteras.
Esta firme apuesta por la inclusión, la sostenibilidad y la innovación ha sido reconocida recientemente con el Premio Empresa +Inclusiva, uno de los galardones otorgados en los Premios Empresa del Año Banco Sabadell, que conceden conjuntamente la entidad bancaria y el diario La Opinión. Este premio, que celebra a las empresas comprometidas con la diversidad y la integración, destaca el trabajo de Viñas Familia Gil por su impacto en el ámbito empresarial y social.
La historia de Viñas Familia Gil es un testimonio de perseverancia y evolución. La primera bodega de la familia, Bodegas Juan Gil, nació en plena Primera Guerra Mundial, con su fundador, Juan Gil Jiménez, combinando su oficio de picapedrero con la viticultura. Con el paso del tiempo, la siguiente generación, liderada por su hijo Juan Gil Guerrero, amplió y consolidó el negocio. Sin embargo, fue en 1977, con la muerte del patriarca Juan Gil González, cuando la viuda, Rosario Vera, se convirtió en una figura clave para la continuidad de la empresa, enseñando a sus nueve hijos la importancia del trabajo en equipo y de la formación.
El verdadero impulso de expansión llegó con la cuarta generación en el siglo XXI, cuando la familia Gil apostó por la exportación a Estados Unidos y una estrategia de crecimiento en España. Entre las bodegas que se han sumado al grupo desde entonces destacan nombres como El Nido, Can Blau, Ateca y Tridente, todas ellas integradas bajo la marca Gil Family Estates. Este crecimiento ha permitido a la compañía preservar la diversidad de los viñedos autóctonos y contribuir al desarrollo de las regiones donde están presentes.
Viñas Familia Gil entiende la responsabilidad social como una forma de devolver a la comunidad parte de lo que ha recibido de la tierra. Este compromiso se refleja en iniciativas que apoyan el desarrollo del tejido económico local, así como en su participación en eventos culturales, como el Gil Soundtrack Award, que celebra este año su quinta edición.
El reciente Premio Empresa +Inclusiva es un reconocimiento a este enfoque integral. En un entorno empresarial donde la inclusión se convierte en un valor crucial, Viñas Familia Gil ha demostrado que el éxito económico y la responsabilidad social pueden ir de la mano. La empresa ha hecho de la diversidad un motor de crecimiento, asegurando que sus políticas de inclusión abarquen tanto a sus empleados como a las comunidades en las que opera.
Con más de un siglo de trayectoria y la vista puesta en el futuro, Viñas Familia Gil sigue marcando el camino no solo en el sector del vino, sino también como un ejemplo de cómo las empresas pueden liderar el cambio social y medioambiental. Su lema «Somos Tierra» no es solo una declaración de intenciones, sino una promesa de seguir construyendo un legado que combine tradición, innovación y sostenibilidad para las próximas generaciones.
Uno de los pilares fundamentales de Viñas Familia Gil es su compromiso con la sostenibilidad y la producción ecológica. Actualmente, el 80% de su producción es ecológica, y la empresa aspira a alcanzar el 100% en los próximos años. Para ello, han adoptado prácticas agrícolas responsables, como la lucha biológica contra plagas, la eliminación de histaminas en sus vinos y la reducción del uso de sulfurosos. También destacan por su colaboración con instituciones académicas como la ETSIAM de Albacete y el CEBAS de Murcia para desarrollar compostaje a partir de sus propios residuos, cerrando un ciclo sostenible que reduce el impacto ambiental.