Un plan para sacar el máximo partido al plan de pensiones

Cuando llega la tan esperada jubilación, llega el momento de recuperar el plan de pensiones, destinado a complementar la dotación económica de la pensión pública de jubilación. ¿Qué tenemos que hacer con el dinero acumulado en nuestro fondo de pensiones? Y, lo que es más importante, ¿cómo debemos recuperarlo para sacarle el máximo partido?

por Lara Blau

De la misma forma que nos tomamos cierto tiempo para decidir qué producto es el que más nos conviene a la hora de contratar, es crucial valorar las diferentes posibilidades a la hora de rescatar el dinero que hemos estado ahorrando con esmero durante años. Para ello, es importante conocer las diferentes opciones antes de tomar una decisión tan importante: todas ellas tienen sus pros y contras, por lo que es conveniente sopesar bien las opciones en función de nuestros intereses para tomar una decisión óptima.

Primera variable: la cantidad a retirar

A diferencia de otros productos de ahorro, los cuales tributan como productos de inversión, hay diferentes formas fiscales de rescatar este producto financiero y no todas funcionan igual: en unas deberemos pagar más impuestos que en las otras. En todo caso, este dinero tributa como un rendimiento del trabajo –como un sueldo—y tenemos que pagar IRPF según los tipos generales al respecto. Es decir: las rentas más altas (más de 300.000 euros) pagarán el 47% en impuestos, mientras que a las cuantías menores a 12.449 euros se les impone una base del 19%.

Eso sí, según la Ley 35/2006 del IRPF puede aplicar una reducción del 40% de los impuestos sobre las cantidades invertidas antes del 31 de diciembre de 2006, siempre que el rescate del dinero se haga en un plazo de dos años desde la jubilación.





Segunda variable: el número de pagos

Sin embargo, no todo depende de la cantidad de dinero que tenemos ahorrado: también depende del número de pagos que queramos recibir. Podemos optar por un pago único en forma de capital, una renta periódica o la combinación de ambos. Optar por el pago único puede ser especialmente útil para afrontar gastos, como facturas médicas o reparaciones del hogar, aunque en todo caso se deberá tener cuidado de no gastar más de la cuenta y el cobro dependerá de la responsabilidad individual. Esta opción, además, permite beneficiarse del 40% de reducción de impuestos.

Una renta temporal o vitalicia, por el contrario, proporciona un flujo constante de ingresos durante un periodo de tiempo. Aunque debemos diferenciar entre la renta financiera, que fluctua en función del mercado y la rentabilidad del plan, y la renta asegurada, que es fija, en todo caso permite asegurarse unos ingresos constantes durante la jubilación, aunque suelen ser productos complejos, por lo que es importante conocer bien los términos y las condiciones antes de optar por esta opción. Es una de las opciones más habituales, con cuantías anuales, semestrales, trimestrales o mensuales. En este caso, si tenemos en cuenta el IRPF, como mayor sea la cuantía que se cobre cada año, mayor será el pago de impuestos, por lo que esta opción tiene un impacto menor en cuanto a impuestos. Además, el dinero que permanezca en el fondo de pensiones seguirá generando rentabilidad.

La tercera opción permite combinar el pago único con la renta vitalicia. Es la opción más flexible, ya que permite cubrir gastos inmediatos a la vez que se dispondrá de un flujo de ingresos constantes. En cuanto a fiscalidad, permite beneficiarse del 40% de reducción de impuestos con el capital inicial retirado y pagar poco IRPF, al cobrarse de forma periódica.

Tercera variable: condiciones adicionales

Considerada la cantidad que necesitamos, el plazo en el que retiraremos el plan y los impuestos que pagaremos, hay otros factores que nos permitirán sacar el máximo provecho al fondo de pensiones. Por ejemplo, es recomendable evitar rescatar el plan el mismo año en el que nos jubilamos: en ese año, pagaremos más impuestos, ya que se tendrá en cuenta el salario (que normalmente será más alto que la pensión pública) en la base imponible de nuestra declaración de la renta. A efectos del IRPF, tanto la pensión pública como el plan de pensiones se consideran segundos pagadores, por lo que nos deducirán una cantidad importante en caso de que estemos obligados a declarar.

Otra variable a tener en cuenta es el tramo de la renta en el que nos quedaremos cuando cobremos la combinación entre pensión pública y plan de pensiones. Es interesante hacer el cálculo para no pasar al tramo superior y pagar una fiscalidad adecuada a lo que finalmente cobramos.

En caso de pasar por una situación sobrevenida o una contingencia inesperada, también se aplican las mismas condiciones en cuanto a fiscalidad, por lo que deberemos considerar la opción que mejor encaje con la necesidad. Sin embargo, se considere la opción que se considere, es muy recomendable contar con un asesor financiero para sacar el máximo partido al plan de pensiones.

Los planes de pensiones son una de las soluciones financieras que pueden ayudarnos a ahorrar o invertir para cumplir nuestros objetivos vitales, pero existen otras muchas. Fundación MAPFRE ofrece información y recursos sobre ahorro e inversión en su página web www.segurosypensionesparatodos.fundacionmapfre.org.