Buceaba entre los numerosos recortes de prensa y revistas que desde los años 60 reflejaban su nombre. Seguía escribiendo a boli antes de pasar sus textos a máquina y afirmaba que la literatura le salía por los poros porque era una cuestión de sentimientos.

Rafael Azuzar miraba con calma su trayectoria literaria con más de veinte libros, algo que INFORMACIÓN quiso reconocer con el Importante del mes de diciembre.