El pesquero Nuestra Madre de Loreto de Santa Pola dio una auténtica lección de humanidad tras rescatar, mientras faenaban en aguas de Libia, a doce personas que iban a bordo de una patera. Sus tripulantes y su patrón, Pascual Durá, regresaron el 21 de diciembre a casa convertidos en verdaderos héroes. Su labor humanitaria dio la vuelta al mundo al haber salvado de morir ahogados a los migrantes. Una proeza que no estuvo exenta de dificultades, ya que la embarcación pasó once días abandonada a su suerte, sin poder atracar en puerto alguno, al no tener la autorización de ningún país. Finalmente, cuando el capitán puso rumbo a Santa Pola ante la falta de víveres, fue Malta la que abrió sus puertas a los migrantes. Doce años antes, la misma embarcación protagonizó una situación similar.