La profunda borrasca o ciclogénesis explosiva que ha tenido en alerta a casi todo el país abandonó la Península el domingo, dejando tres muertos, numerosos cortes del suministro eléctrico y la cancelación de más de un centenar de vuelos, la mayoría con destino a Canarias.

Pero además, la ciclogénesis explosiva ha dejado olas de seis metros de altura en aguas de Galicia y en el Cantábrico, unas cifras que, no obstante, quedan lejos del récord de 14,8 metros que se marcó la última vez que se dio ese fenómeno meteorológico, en enero de 2009.

El ministro Rubalcaba ha agradecido la prudencia de los ciudadanos, "que han actuado responsablemente" y han reducido "muchísimo" los riesgos, y la actuación de los servicios públicos "que han estado toda la noche al pie del cañón para garantizar que si pasaba algo se corrigiera lo más rápidamente posible".

Francia se llevó lo peor

El temporal Xynthia, procedente del Atlántico y con vientos huracanados, ha causado este fin de semana cerca de 60 de muertos, la mayor parte en Francia, elevados daños materiales, la cancelación de numerosos vuelos y cortes de carreteras.

El ministro del Interior francés, Brice Hortefeux, declaró que el número de muertos puede situarse entre los 45 y los 50 por el temporal, uno de los más violentos de los últimos años.

Con una trayectoria de suroeste a noroeste de Europa el temporal ha causado otras cuatro muertes en Alemania, tres en España, una en Portugal y otra en Bélgica, ha dejado sin suministro eléctrico a cientos de miles de hogares y ha provocado retrasos en el servicio de ferrocarriles.

La tormenta perfecta

Así se genera una ciclogénesis | Los destrozos de Xynthia

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