Los arqueólogos que excavan en los restos de la antigua ciudad de Pompeya, enterrada bajo la lava de una tremenda erupción del Monte Vesubio en el año 79 después de Cristo, han confirmado que la famosa pareja que murió abrazada eran dos hombres, y no un hombre y una mujer como se había sostenido hasta ahora.

El descubrimiento ha sido hecho público por el director del equipo de expertos que trabaja en el yacimiento, Massimo Osanna. Según el mismo, y a raíz nuevos análisis llevados a cabo con técnicas más modernas de análisis de ADN y TACs, los cuerpos pertenecen a dos jóvenes varones, a los que no unía parentesco y que tenían una edad comprendida entre los 18 y los 20 años.

Osanna admite que “no se puede afirmar que fueran amantes”, pero matiza que, “teniendo en cuenta la posición, es de suponer”.

Los restos de la pareja entrelazada fueron descubiertos en 1922 por el arqueólogo Vittorio Spinazzola. En la época gobernaba en Italia Mussolini y tal vez por la ideología heteronormativa imperante por aquel entonces, inmediatamente se identificaron las siluetas con las de un hombre y una mujer.

Spinazzola siempre defendió que la pareja estaba compuesta por una madre y su hija, aunque su teoría fue obviada. Aún así, el nuevo estudio contradice también esta idea.

De este modo, la pareja abrazada de Pompeya se convierte en una muestra de las costumbres de aquel tiempo, no solo en Pompeya sino en todo el antiguo imperio romano, que culturalmente se tomaba la sexualidad de una forma mucho más abierta de lo que posteriormente se impuso a través de la religión cristiana. Costumbres que aún a día de hoy cercan la forma de entender el sexo en Occidente.