El Gobierno ruso negó este viernes las acusaciones del Reino Unido sobre su supuesta negativa a cooperar en la investigación del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, y dijo que Londres se negó desde un principio a compartir datos con Moscú sobre el caso.

La portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajárova, calificó hoy en rueda de prensa de "desinformación descarada" la aseveración británica de que Rusia rehúsa cooperar.

"El Reino Unido se negó a facilitar dato alguno a Rusia", recalcó, y recordó que Moscú había solicitado información a Londres desde que aparecieron las primeras acusaciones en su contra por el envenenamiento del exespía.

El miércoles las autoridades británicas dijeron que habían identificado a los dos sospechosos del envenenamiento de los Skripal, Alexander Petrov y Ruslán Boshírov, aunque se trata posiblemente de nombres falsos, y acusaron al Servicio de Inteligencia Militar de Rusia (GRU) de estar detrás.

El Kremlin ha negado las acusaciones y este viernes Zajárova ha querido dejar claro que, aunque las acusaciones se han producido de una forma "inaceptable" contra Rusia, Moscú ha continuado el diálogo o "mejor dicho el monólogo" con Londres y ha enviado "un elevado número de documentos" al Reino Unido, aseguró la portavoz de Exteriores.

"Esperamos no obstante mantener en algún momento un diálogo", añadió. "No hemos recibido ni siquiera respuestas formales a nuestras muchas solicitudes que hemos enviado" a Londres para demandar aclaraciones, lamentó.

"Entonces, cuando la primera ministra británica, Theresa May, dice que se pidió a Rusia que respondiera a algunas preguntas e informes, entre otras cosas, y cuando dice que Rusia se ha comportado de manera poco constructiva y mintió, eso no es solo falso, sino que es directamente desinformación", recalcó la portavoz.

Skripal y su hija se contaminaron con Novichok al tocar la manilla de la puerta de su domicilio en la localidad inglesa de Salisbury, el pasado 4 de marzo.

Posteriormente, el 30 de junio, Charlie Rowley y Dawn Sturgess, una pareja británica, se intoxicaron en la cercana población de Amesbury, con la misma sustancia, contenida en un frasco de perfume hallado en un contenedor, lo que llevó a la muerte de la mujer el 8 de julio.