"Imagina una ciudad tranquila hasta el aburrimiento, donde nunca pasa nada, en la isla más pequeña de Nueva Zelanda en la que se rodó el Señor de los Anillos. Esta es Christchurch, una ciudad, similar en tamaño a Alicante, donde vivo con mi mujer Cristina y mis tres hijos -dos alicantinos- Sidney, Thomas y Catalina desde agosto". Este es el testimonio de Benjamin Vidal Maestre, el alicantino que a sus 47 años ha vivido el episodio más intenso y dramático de su vida al vivir en directo el atentado cometido por tres individos de extrema derecha que armados hasta los dientes atacaron dos mezquitas y un hospital causando 49 muertos.

El doble que las 25 víctimas que dejó un terremoto en 2012, a raíz del cual la ciudad desarrolló un sistema de alerta tan potente que Benjamín recibió casi en tiempo real, a las 13.40 horas de ayer viernes el aviso de las autoridades de la ciudad de que se estaban produciendo tiroteos pero que los colegios estaban sellados.

Al menos 40 muertos en dos tiroteos contra dos mezquitas en Nueva Zelanda

Al menos 40 muertos en dos tiroteos contra dos mezquitas en Nueva Zelanda

Colegios a los que acuden la pequeña Sidney y Thomas, alicantinos de 5 y 3 años que vivieron la experiencia como si de "un simulacro de incendio se tratara según les contaron los profesores y los polícias que acudieron a los colegios, cerrados hasta las cinco de la tarde, cuando nos comunicaron que podíamos ir a recogerlos".

Bejamín Vidal nació en Alicante, donde viven su madre y su hermana, hace 47 años. Estudio en los Maristas y se licenció en Derecho por la Universidad de Navarra y la de Alicante, donde acabó la carrera. Fue directivo de Morgan Stanley y Citybank, la crisis le llevó a se procurador y en eso estaba hasta que en agosto se marchó con su mujer, neozelandesa, a Christchurch, la ciudad natal de la madre de sus hijos.

"Practico ironman y la conocí en Australia donde vivía entonces. Nos casamos en Alicante, tenemos la casa en El Campello y en agosto volamos a Nueva Zelanda porque a ella le había surgido un buen trabajo. Ahora entreno a gente y me dedico a la casa", relató desde su domicilio. "El susto ha sido grande porque aquí nunca pasa nada pero, afortundamente, he estado informado al minuto de todo y así lo iba contando a mi familia en Alicante, a mi madre sobre todo. Otra suerte fue que el padre de mi mujer es el exjefe de la Policía de Christchurch, con lo cual ha tenido información de primera mano minuto a minuto"-

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Las imágenes de los ataques en las mezquitas de Christchurch

Benjamín subrayó la saña con la que se emplearon los terroristas. "Esta ciudad es muy tranquila, donde convivimos personas de todas las religiones. Mis hijos van, por ejemplo, a un colegio católico pero anglicano. Es terrible ver como uno de los terroristas llevaba una cámara en el casco e iba filmando todo, rematando a la gente en el suelo. Muy duro. Ahora todo lo relativo a los atentados en redes sociales está cortado".

El momento de más angustia lo vivimos mi suegro y yo cuando no nos dejaron pasar al colegio de mi hijo Thomas, porque estaba a 50 metros del hospital donde había un tiroteo, pero la verdad es que la Policía controló los colegios desde el primer minuto". Noche ya cerrada en Christchurch, madrugada para sus vecinos que se van a la cama a la nueve de la noche. Alguno, hoy, tardará en conciliar el sueño.