El nuevo emperador de Japón, Naruhito, rindió hoy homenaje al legado pacifista y de cercanía al pueblo de su predecesor, Akihito, y prometió mantenerse en este camino durante su primer discurso pronunciado al heredar el Trono de Crisantemo.

"Al acceder al trono, juro que tendré en profunda consideración el curso seguido por su majestad el emperador emérito (Akihito)", dijo Naruhito, quien también se comprometió a "actuar de acuerdo con la Constitución" y a "tener siempre presente en sus pensamientos al pueblo y a respaldarlo".

Fueron las primeras y esperadas palabras que pronunció el nuevo emperador de Japón durante una solemne audiencia celebrada en el Palacio Imperial de Tokio ante 266 invitados, entre ellos representantes políticos e institucionales y miembros de la familia imperial.

Esta breve audiencia fue el segundo acto oficial celebrado hoy para marcar su ascensión al trono, tras la ceremonia de carácter ritual en la que heredó una réplica de la legendaria espada Kusanagi y otra de una joya de jade, así como los sellos imperiales, objetos que simbolizan el poder del emperador.

De este modo Naruhito se convirtió oficialmente en el emperador número 126 de la historia nipona, después de formalizarse en la víspera la abdicación de Akihito, quien se despidió de su cargo dando las gracias al pueblo "por aceptarle y por apoyarle" en sus funciones.

Naruhito dedicó más de la mitad de su discurso a su predecesor, cuyo mandato será recordado por su firme defensa del pacifismo de Japón tras la II Guerra Mundial, por tratar de cerrar las heridas del colonialismo nipón y por sus visitas a zonas castigadas por desastres naturales.

Akihito "llevó a cabo sus funciones con honestidad durante más de 30 años, mientras rezaba por la paz del mundo y por la felicidad del pueblo, y en todo momento compartiendo las alegrías y las penas de la gente", manifestó Naruhito, vestido de frac, adornado por tres nuevas condecoraciones que le fueron impuestas hoy.

Su audiencia tuvo lugar en el Salón Pino del Palacio Imperial, donde estuvo flanqueado por su esposa, la nueva emperatriz Masako, y ante un selecto grupo de invitados que incluía al primer ministro nipón, Shinzo Abe, a su Gabinete de Gobierno y a otros miembros de la familia imperial.

Ataviada con vestido largo blanco, Masako se mostró sonriente durante todo el acto, quizás para despejar las dudas sobre su condición -oficialmente definida como depresión- que le impidió desarrollar funciones oficiales mientras era princesa, y de la que, según la Agencia de la Casa Imperial, continúa recuperándose.

A la audiencia asistieron el resto de miembros adultos de la Familia Imperial nipona -con la excepción de los emperadores eméritos Akihito y Michiko, desde hoy descargados de sus funciones oficiales-, que suman 12 personas, y de los cuales una decena son mujeres.

Sin embargo, las integrantes femeninas de la familia imperial no asistieron al acto previo celebrado hoy en el que Naruhito recibió los Tesoros Sagrados y se convirtió oficialmente en emperador, debido a que así lo marca la tradición nipona, que también restringe a los hombres la línea sucesoria al trono.

Cada uno de estos dos actos tuvo una duración inferior a los diez minutos, y se desarrollaron de acuerdo al protocolo imperial y después de casi tres años de preparativos, el tiempo transcurrido desde que Akihito expresó en un mensaje televisado su voluntad de abandonar el cargo debido a su avanzada edad y frágil salud.

A sus 59 años, Naruhito se convirtió en el segundo emperador con mayor edad al alcanzar este puesto, y también en el primero en haber estudiado en el extranjero tras haber cursado una estancia de investigación post-universitaria en Oxford (Reino Unido).

Está previsto que durante el resto del día el nuevo emperador estrene su agenda de actividades oficiales, que incluyen una primera reunión con el emperador emérito y con representantes de la familia imperial.

Puesto que todos los actos de hoy se celebraron a puerta cerrada, el pueblo nipón tendrá que esperar al sábado para la primera aparición pública de los nuevos emperadores, cuando está previsto que saluden desde el Palacio Imperial.

El próximo otoño, Naruhito y Masako participarán en diversos actos públicos entre los que destacan una ceremonia de proclamación, un desfile por las calles de Tokio y banquetes a los que serán invitados dos millares de dignatarios extranjeros.

La ascensión al trono de Naruhito también marca el comienzo hoy de una nueva era en el calendario nipón, llamada "Reiwa" (bella armonía), tras finalizar el martes la anterior, "Heisei" (paz), nombre por el cual también será conocido de forma póstuma Akihito.