Tras convertirse por unas horas en huracán, el fenómeno meteorológico Barry tocó este sábado finalmente tierra en Luisiana (EE.UU.) y se transformó en tormenta tropical, aunque las autoridades pidieron extremar la precaución por la amenaza de inundaciones.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) informó de que Barry alcanzó tierra este sábado a unos 10 kilómetros al noreste de Intercoastal City y a 50 kilómetros al suroeste de Lafayette, en Luisiana.

Pese a que su centro se encuentra ya en tierra, las lluvias apenas han comenzado en algunos lugares.

Según el boletín de las 18.00 hora GMT del NHC, la tormenta tropical presenta vientos de 70 millas por hora (unos 113 kilómetros/hora); se mueve en dirección al noroeste a 6 millas por hora (9,5 kilómetros/hora); y se espera un giro hacia el norte-noroeste esta noche, seguido de otro hacia el norte el domingo.

Pese a su debilitamiento, el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, avisó en una rueda de prensa poco después de que Barry alcanzara las costas de Luisiana de que "esto es solo el comienzo".

"Pido a todo el mundo que permanezca en alerta y seguro, esto siempre se ha pronosticado como un suceso de inundaciones por lluvia, la mayor parte de las precipitaciones están cayendo ahora en la costa del golfo (de México)", indicó.

El gobernador subrayó que actualmente hay 3.000 efectivos de la Guardia Nacional en activo para responder a la emergencia en Luisiana.

"Van a ser varios días largos en nuestro estado", auguró.

Una de las poblaciones que pueden verse más afectadas en Luisiana por su ubicación es Morgan City, una localidad de 12.000 habitantes próxima a la costa del golfo de México.

"Por ahora no está cayendo mucha agua en la ciudad, como se ha pronosticado, la mayor parte de las lluvias están siendo por el momento (mar adentro) en el golfo", dijo el alcalde de Morgan City, Frank Grizzaffi, a Efe por teléfono.

Grizzaffi apuntó que los vientos tampoco están siendo muy fuertes, aunque detalló que una de sus principales preocupaciones es la caída de árboles y que la lluvia colapse el sistema de drenaje de agua de la ciudad, lo que podría originar inundaciones.

"Hemos colocado algunas bombas más de agua para drenarla pero si llueve demasiado no tendremos capacidad de drenarla toda", indicó el alcalde.

De acuerdo a sus datos, al menos el 50 % de los habitantes de Morgan City se encuentran sin electricidad.

A unos 112,5 kilómetros al sur de Nueva Orleans, los vecinos de Morgan City, que está prácticamente aislada al estar rodeada de lagos, ríos y pantanos, se han atrincherado en sus casas con sacos de arena.

"Este tipo de sucesos no nos son ajenos, aunque llevamos diez años sin sufrir un huracán los hemos tenido cerca durante este tiempo", dijo el alcalde.

Las autoridades esperan que Barry se desplace hacia el centro del estado a lo largo de las horas y expresaron su esperanza de que vaya perdiendo rápido su fuerza.

Aun así, el gobernador Edwards hizo hincapié en que "el agua de lluvia sigue siendo el peligro principal" y anunció que los cortes de electricidad son "significativos" en algunas áreas de Luisiana.

Y es que "todavía estamos esperando que la caída entre 10 y 15 pulgadas (25,4 y 38,1 centímetros) de lluvia", destacó en su rueda de prensa, donde también advirtió de que "incluso los vientos más suaves pueden tener un impacto devastador derribando árboles sobre casas y carreteras".

La temporada de huracanes en la cuenca atlántica comenzó oficialmente el 1 de junio, pero antes, el 20 de mayo, se formó al sursureste de Bermuda una tormenta subtropical, "Andrea", que se debilitó enseguida y no causó daños.

Según el pronóstico actualizado de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) de EE.UU. difundido esta semana, la actividad de la actual temporada de huracanes en el Atlántico será "casi promedio", con 14 tormentas tropicales, seis de las cuales se convertirían en huracanes, el primero de ellos Barry.

Luisiana sufrió en 2005 los efectos del huracán Katrina, que ocasionó más de 1.800 muertes, especialmente en la ciudad de Nueva Orleans.