El Consejo de Seguridad de la ONU dio este miércoles su respaldo formal a los acuerdos alcanzados el pasado enero en Berlín para tratar de frenar la guerra en Libia y llamó a convertir la tregua pactada en un alto el fuego permanente.

El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas dio su apoyo a los resultados de la conferencia internacional de Berlín en una resolución negociada durante varias semanas y que, al final, salió adelante con la abstención de Rusia.

Los otros 14 miembros del Consejo sí votaron a favor del texto, que condena los combates recientes en territorio libio e insiste en la necesidad de un alto el fuego.

La pasada semana, los dos bandos de la guerra lograron ciertos puntos de entendimiento de cara al alto el fuego en el proceso de negociaciones que mantienen en Ginebra con el apoyo de la ONU.

La resolución aprobada este miércoles encarga además al secretario general de la organización, António Guterres, que presente cuanto antes recomendaciones sobre cómo la misión de la organización en Libia (UNSMIL) puede apoyar la implementación de lo pactado en Berlín.

Los países de la Unión Europea (UE) que se sientan en el Consejo de Seguridad, en una declaración conjunta, destacaron que el texto envía "un mensaje contundente y claro" a las partes libias sobre la necesidad de poner fin al conflicto.

Mientras, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, que se abstuvo en la votación, puso en duda que la resolución pueda ser "implementada".

"Los acontecimientos nos dirán quién tenía razón. Si la resolución tiene un impacto positivo para resolver el conflicto, seré el primero en reconocer que estaba equivocado. Pero tenemos serias dudas de que, en la forma en que está redactada, esta resolución vaya a contribuir", apuntó.

Rusia es uno de los apoyos internacionales del Ejército Nacional Libio (LNA) que lidera el mariscal Jalifa Hafter y que se enfrenta al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) que respaldan la propia ONU y varios países, entre ellos Turquía.

Según Naciones Unidas, pese a los compromisos de Berlín y al embargo de armas que pesa sobre Libia, distintos países siguen suministrando armas y mercenarios a los bandos de la guerra.