La canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado este jueves que el "racismo es veneno" en reacción al ataque terrorista de motivación xenófoba de la pasada noche en Hanau (centro de Alemania) que causó nueve muertos.

Merkel, en una breve comparecencia convocada de urgencia, ha señalado que con los actuales indicios parece que el atacante se guiaba por motivos "ultraderechistas" y "racistas", por "odio contra personas de otro origen, de otra religión y de otra apariencia".

"El racismo es veneno. El odio es veneno. Y este veneno se da en nuestra sociedad y ya es responsable de demasiados delitos. Desde los crímenes de la (célula ultraderechista) NSU (Clandestinidad Nacionalsocialista) a las muertes de Halle, pasando por el asesinato de (el político local conservador) Walter Lübcke", agregó.

La canciller, que condenó este "terrible" atentado, recalcó que el Gobierno alemán trabaja en la defensa de "los derechos y la dignidad" de "todas las personas en nuestro país". "Nosotros no diferenciamos por origen o religión". "Nosotros confrontamos a los que tratan de dividir Alemania con todas nuestras fuerzas y determinación", afirmó.

Además, presentó sus condolencias a los familiares y allegados de los fallecidos, y deseó una rápida recuperación a los heridos por las consecuencias "físicas" y "psicológicas" del ataque.

Merkel se sumó así a la condena general de la clase política alemana por los hechos acaecidos en Hanau en la noche de este miércoles, que ha asumido la Fiscalía General por la sospecha de que se trata de un acto terrorista.

El presunto autor de los hechos, un ultraderechista alemán de 43 años con licencia de armas, atacó este miércoles por la noche dos locales disparando de forma aleatoria. Dejó allí en total nueve muertos y cinco heridos de gravedad.

Su cuerpo sin vida, junto al de su madre, fueron encontrados de madrugada en su domicilio. Las fuerzas de seguridad se incautaron de munición en su vehículo.