Dos destacados miembros de la familia real saudí han sido detenidos por las autoridades del reino, debido a un supuesto intento de golpe de estado, en un nuevo movimiento del príncipe heredero, Mohammed bin Salman, para eliminar posibles rivales en su camino hacia el trono, reveló 'The Wall Street Journal'.

El príncipe Ahmed bin Abdulaziz, el hermano menor del rey Salman, y Mohammed bin Nayef, sobrino del rey y exministro de Interior, fueron detenidos en la madrugada del viernes, cuando guardias de la corte real enmascarados y vestidos de negro se personaron en sus residencias, que registraron antes de arrestarlos, aseguró el diario. El Gobierno saudí no ha confirmado las detenciones.

El príncipe heredero, que gobierna de facto en Arabia Saudí, ha llevado a cabo con anterioridad otros movimientos encaminados a consolidar su poder desde que desbancó a su primo y hoy detenido, Mohammed Bin Nayef, como sucesor al trono en 2017 y quien desde entonces se encontraba en arresto domiciliario.

Ese mismo año arrestó a numerosos miembros de la realeza e importantes empresarios en un supuesta campaña anticorrupción.

A Bin Salman también se le relaciona con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018, un suceso que generó una amplia condena internacional.

La relatora especial de la ONU para las Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard, que investigó los hechos, concluyó que el asesinato de Khashoggi "fue el resultado de un plan elaborado" y "premeditado" bajo la supervisión de altos cargos de la monarquía saudí.

En diciembre pasado, la Fiscalía condenó a la pena capital a cinco personas por la muerte del periodista, en una controvertida sentencia en la que fueron absueltos los principales procesados, entre ellos Saud al Qahtani, asesor del príncipe heredero.

'The New York Times', por su parte, asegura que un tercer miembro de la familia real también fue detenido, Nawaf bin Nayef, hermano pequeño del sobrino del rey arrestado.

Según este medio, las detenciones se producen cuando los temores sobre el impacto del coronavirus han reducido drásticamente el precio del petróleo, la principal fuente de ingresos del reino, y los planes del príncipe heredero para diversificar la economía saudí no han llegado a concretarse.