La oposición venezolana reiteró este lunes que no se presentará a los comicios para renovar la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) del venidero 6 de diciembre, una decisión que deja la vía libre para que el chavismo retome el control de este órgano, que desde 2015 está en manos de los opositores.

"Queremos elegir, pero estas no son elecciones. En estas condiciones es imposible. Los venezolanos , dijo hoy la diputada Nora Bracho, del partido centroizquierdista Un Nuevo Tiempo, en referencia a varias irregularidades que la oposición denuncia han viciado la convocatoria.

Las palabras de Bracho fueron, al tiempo, una reiteración de la decisión opositora después de que ayer 27 organizaciones políticas antichavistas habían adelantado en un comunicado que no asistirán a los comicios legislativos, por considerar que no serán libres y competitivos y, por tanto, "un fraude".

"Es un irrespeto (...), nosotros seguimos luchando por unas elecciones verdaderamente libres", dijo hoy Bracho.

La decisión anunciada ayer fue respaldada casi de forma inmediata por el líder Juan Guaidó, que preside una de las dos directivas que aseguran controlar la Cámara y a quien casi 60 países reconocen como presidente interino.

"Rechazamos la farsa, ahora debemos movilizar esa mayoría que quiere vivir con dignidad", dijo Guaidó el domingo en su cuenta de Twitter.

La decisión opositora recuerda a la que ya tomó en 2005, cuando no se presentó a las parlamentarias de ese año y dejó en manos del chavismo el control total de la cámara.

En aquella ocasión, el Gobierno del entonces presidente Hugo Chávez (1999-2013) apenas si enfrentó críticas internacionales, mientras que la oposición vio diluida su influencia entre los votantes durante años.

La oposición dique no hay condiciones

La oposición venezolana ha dicho desde hace más de un lustro que en el país no hay condiciones para ir a elecciones libres y competitivas, si bien ganó ampliamente las legislativas de 2015.

Los opositores suelen apuntar, en otras denuncias, que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no es imparcial, el presunto ventajismo del chavismo y las trabas gubernamentales a sus partidos.

Como respuesta, el Gobierno de Nicolás Maduro negoció con algunos partidos opositores, de escasa militancia y sin control de espacios políticos, una renovación parcial del CNE que fue adelantada por el Supremo en vez del Parlamento, lo que generó el rechazo del grueso de la oposición.

Y después, el mismo Supremo emitió sentencias que dejaron a los principales líderes opositores sin el control de sus organizaciones, como pasó con el partido de Leopoldo López, Voluntad Popular (VP), o el del dos veces candidato a la presidencia Henrique Capriles, Primero Justicia.

En ese sentido, el diputado del partido socialdemócrata AD -cuya directiva actual también fue designada por el Supremo-, Carlos Prósperi, señaló hoy que los organizaciones opositoras fueron "secuestradas" por el Gobierno de Maduro.

"Las tarjetas de los partidos que representan a los venezolanos no participarán en esa farsa", insistió.

Unas elecciones "impecables"

Aunque la decisión de la oposición era esperada, el chavismo no ha reaccionado de inmediato, aunque el presidente Maduro defendió esta misma jornada en una reunión virtual del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela que las elecciones serán "impecables".

"Van a participar partidos de oposición, liderazgo emergente de la oposición", añadió el mandatario durante la reunión de su organización política, que fue transmitida por la televisión pública VTV.

En el pasado, la oposición ha dicho que este tipo de actos constituyen un inaceptable ventajismo oficial, sin que el chavismo tome nota o siquiera reaccione a estas críticas.

El antichavismo, a través de Guaidó, también ha advertido que celebrar los comicios en las actuales condiciones traerá más señalamientos al Gobierno de Maduro, y que seguramente el medio centenar de países que no lo reconocen como presidente tampoco reconozcan los resultados de las parlamentarias.

Ante esta posibilidad, Maduro prometió la semana pasada que estas elecciones serán limpias y tendrán "puerta abierta" al acompañamiento internacional.

La oposición venezolana suele pedir que todos los comicios del país cuenten con observación de misiones electorales, como las tradicionales de la Organización de Estados Americanos o de la Unión Europea, y no acompañamiento internacional, al apuntar que la primera figura dispone de mayor capacidad para detectar y denunciar ante el mundo irregularidades en elecciones.

Pero el reglamento de la ley de procesos electorales vigente en Venezuela establece que solo los individuos, organizaciones o partidos locales pueden actuar como observadores, si bien no deja clara la diferencia de atribuciones entre esta figura y la del acompañante.