La ministra libanesa de Información, Manal Abdel Samad, dimitió este sábado al considerar que sigue habiendo "resistencia" a aceptar los cambios que exige la población tras la enorme explosión que golpeó Beirut el pasado martes y las masivas y violentas manifestaciones del sábado.

Horas más tarde, el ministro de Medio Ambiente, Damianos Qattar, se ha convertido en el segundo mandatario del Gobierno libanés en presentar su dimisión por la explosión del pasado martes en el puerto de Beirut, que dejó 158 muertos, más de 6.000 heridos y simbolizó la incapacidad del Ejecutivo para resolver la crisis política y económica que acucia el país.

Según informa el portal de noticias Naharnet, la ministra de Defensa, Zeina Akar; el ministro del Interior, Mohammed Fahmi y el ministro de Economía y Finanzas, Ghazi Wazni, podrían presentar su dimisión en las próximas horas. Las mismas fuentes no descartan que el Ejecutivo en pleno pueda dimitir este domingo o mañana para ahorrarse la sesión parlamentaria.

"El cambio se sigue resistiendo y ya que la realidad no concuerda con los anhelos (de los libaneses), después del horror del desastre de Beirut presentó mi dimisión del Gobierno", dijo la ministra de Información en un comunicado, según la Agencia Nacional de Noticias (ANN) libanesa.

La ministra pidió perdón en la nota "a los libaneses que no han podido alcanzar su aspiraciones" y dijo que renunciaba por respeto a las personas muertas y heridas por la devastadora explosión del martes.

Adbel Samad fue nombrada para el cargo en enero, como parte del Gobierno del primer ministro Hassan Diab, que asumió el poder tras la renuncia de Saad Hariri como consecuencia de las masivas protestas de octubre contra el régimen por la grave crisis que atraviesa el país.

El día 3, un día antes de la explosión, Nassif Hitti dimitió como ministro de Exteriores advirtiendo de que el país iba camino de convertirse en un estado fallido.

Dos días de disturbios

La situación ha ido empeorando en los últimos meses y la explosión del martes, que ha dejado hasta ahora 158 muertos, unos 6.000 heridos, 21 desaparecidos y entre 200.000 y 250.000 personas sin vivienda, ha exacerbado el hartazgo de la población.

La enorme explosión se originó en las casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio provenientes de un barco abandonado en el puerto de Beirut y almacenadas allí desde hace seis años, por lo que la población la achaca a la negligencia y la corrupción.

El enfado de los libaneses originó una masiva manifestación este sábado en Beirut que derivó en violentos enfrentamientos entre manifestantes y Policía que se saldaron con un agente muerto y 250 heridos.

El primer ministro ha anunciado que el lunes solicitará una llamada a elecciones anticipadas.