Italia ha mostrado al mundo como afrontar el covid-19. La covid-19Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elogiado este viernes a las autoridades italianas por "haber invertido la trayectoria de la epidemia con una serie de medidas basadas en la ciencia". El reconocimiento ha ido acompañado de un vídeo en el que se ilustra la breve historia de la llegada del virus en el país a fines de febrero, con imágenes y testimonios de las personas que han vivido estos siete meses en la primera línea de los hospitales y en la retaguardia de los laboratorios científicos.

El 'Financial Times' anticipó la alabanza dos días antes, pocas horas antes de que el primer ministro británico, Boris Johnson, dijera a sus nacionales que "nos contagiamos más porque amamos la libertad". El presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, dijo entonces: "También nosotros italianos amamos la libertad, pero también damos importancia a la seriedad".

La receta italiana para afrontar y retrasar la segunda ola del virus se basa en una estrategia que contempla el rastreo no sólo de los contactos que haya tenido un positivo, que es lo que hacen los demás países, sino en hacer el PCR a todos los familiares, amigos y colegas del contagiado.

Detrás de esta estrategia que en inglés llaman 'network testing' (y no el "contact tracing" de otros países), está el virólogo Andrea Crisanti. Fue el científico que ya a primeros de marzo hizo "cerrar" el pueblo de Vo’ Euganeo, en la región del Véneto (Venecia), de tan sólo 3.500 habitantes y primer foco de contagio de aquella autonomía, la Lombardía. Tras el confinamiento, todos los habitantes fueron sometidos a PCR, lo que permitió atajar la difusión de los contagiados, que fueron aislados, evitando casi totalmente las muertes.

Más allá de la "primera línea", en estos meses Italia ha aumentado las unidades de las UCI de unas 5.000 a 7.000, actualmente ocupadas en un 20%, mientras en Francia, Israel y la ciudad de Madrid empiezan a llegar al punto de saturación.

Cierra parciales

La cifra que orienta el Instituto Superior de Sanidad (ISS), como sucede en otros países, es el porcentaje de infectados por cada cien mil habitantes. A día de hoy, las estadísticas indican que son 33, muy por debajo de España (369), Francia (172,1), Portugal (71), Gran Bretaña (61,8) y de otros países (331 en Montenegro). En Alemania es de 24,3.

Desde el comienzo de la pandemia, Italia ha tenido unos 300.000 contagiados, casi 36.000 muertos y en el país hay actualmente unos 2.000 focos, más o menos con cierres parciales. Se espera el final de mes para verificar el aumento de los positivos a raíz del comienzo del año escolar el pasado día 14. Otro dato cribado a diario es el promedio de contagios, que en Italia es de unos 1.000, mientras que en los demás países alcanza los 10.000. Desde el ISS informan que no habría que superar los 2.000 contagios por cada 100 mil habitantes y que el tope máximo, más allá del cual "surgirían problemas nacionales", debería ser de 5.000.

Según el virólogo Crisanti "los contagios están subestimados", es decir que habría más de los que indican las estadísticas. Dicho ésto, reconoce que el "sistema italiano" para atajar el covid-19 cuenta con algunas características peculiares,como hace pruebas de PCR a todas las relaciones de un positivo. Es “un sistema de círculos concéntricos”, explica Crisanti.

Si uno sale por las periferias de muchas ciudades o en algunos parques urbanos, se encuentra con centros "drive-in". En los años 60 se iba en coche a ver una película con la novia o los amigos y ahora se han transformado en lugares donde ser realizan PCRs. Muchos estudiantes pueden hacerse la prueba en el exterior de los centros escolares. Los hoteles miden la fiebre al cliente que está por entrar y lo mismo hacen muchos cines, teatros y restaurantes, que anotan nombres y teléfonos de los clientes.

Siempre hay quien se pasa de listo y facilita nombres o teléfonos equivocados. Tal vez para evitar las multas previstas. O por miedo. El coronavirus es invisible y por eso causa temor, como relatan los psicólogos desde hace meses. "La gente está asustada", repiten los médicos de familia.