La Unión Europea se ha da un plazo de tres semanas para concluir un acuerdo con Reino Unido que pueda ser ratificado a tiempo para su entrada en vigor el 1 de enero, cuando se produzca la ruptura definitiva, y si no se logra un resultado positivo en ese plazo el bloque deberá "intensificar" los trabajos para prepararse para el escenario de una separación abrupta sin marco para la relación futura.

"Veremos en los próximos días si se puede lograr un resultado positivo o hay que intensificar los preparativos para el escenario de un no acuerdo", ha dicho en una rueda de prensa en Luxemburgo el secretario de Estado de la UE alemán y presidente de turno de la UE, Michael Roth.

Roth ha insistido en que el momento es "grave" y ha avisado a Reino Unido de que "nadie debería minimizar los riesgos de la falta de acuerdo, sería una mala noticia tanto para la Unión Europea como para Reino Unido".

Por ello, ha añadido, el bloque "seguirá negociando" pero le corresponde al Gobierno británico "dar pasos decisivos" en los asuntos que bloquean los avances: la gobernanza del acuerdo de salida, garantizar reglas iguales en competencia y asegurar a la flota europea el acceso a las aguas británicas.

"Todos damos por sentado que queda un máximo de tres semanas para concluir las negociaciones: finales de octubre o primeros de noviembre, es el máximo para un acuerdo que dé tiempo", ha resumido, a su vez, el secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, en declaraciones a la prensa desde Luxemburgo.

Aunque el periodo de transición expira el 31 de diciembre, todo acuerdo que defina un marco regulador para las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido, incluidos los aspectos comerciales, necesitará cumplir un proceso de traducción y ratificación en los parlamentos nacionales y europeo que requiere varios meses.

En este marco, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el 'premier' británico, Boris Johnson, discutirán por videoconferencia este miércoles sobre el estado de las negociaciones, en un nuevo intento por romper el actual impasse.

Desde la última vez que hablaron hace dos semanas, Bruselas ha iniciado un expediente sancionador contra Reino Unido por vulnerar el Derecho europeo con su Ley de Mercado Interior con la que prevé ignorar parte del acuerdo de retirada.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebran este jueves y viernes la tradicional cumbre de otoño en Bruselas y el Brexit aunque no se esperan decisiones sustanciales en ella, a pesar de que Johnson insistía en marcar esta fecha como plazo final. La intención del bloque es, en caso de alcanzar un acuerdo en los tiempos necesarios, celebrar una nueva cumbre en el plazo de unas tres semanas, aunque aún no se ha fijado la fecha.

Puerta abierta

Entretanto, el negociador europeo, Michel Barnier, que también ha informado este martes a los Veintisiete sobre los principales problemas de la negociación, seguirá con los contactos a nivel técnico y político durante esta semana

"La Unión Europea seguirá trabajando para lograr un acuerdo justo en los próximos días y semanas", ha dicho Barnier tras el Consejo de ministros de Asuntos Generales de la UE en Luxemburgo.

El vicepresidente del Ejecutivo comunitario encargado de supervisar el cumplimiento del acuerdo de divorcio, Maros Sefcovic, por su parte, ha garantizado que el bloque "mantendrá la puerta abierta hasta el último día útil" de negociación, si bien ha avisado de que quedan menos de cien días para la ruptura definitiva.

Por ello, los ministros europeos han coincidido en respaldar a Barnier en sus últimos esfuerzos de negociación, que continuará a nivel político esta semana, y reafirmado la unidad de la UE, frente a quienes apuntaban fisuras, por ejemplo, en la firmeza para defender la cuestión pesquera.

El acceso de la flota a aguas británicas es una de las líneas rojas con las que trabaja Barnier, a sabiendas de que es un caladero esencial para el sector en casi una decena de Estados miembros, entre ellos España y Francia.

Reino Unido rechaza de plano mantener la pesca de los europeos en las condiciones actuales tras el Brexit y sostiene que algunas capitales empezarían a contemplar cierta flexibilidad. "No va a haber un acuerdo que implique sacrificar intereses esenciales", ha dicho al respecto González-Barba, que ha representado a España en las discusiones en Luxemburgo.

Entre estos "intereses que constituyen el último escollo para cerrar el acuerdo", el diplomático español ha enumerado de nuevo las reglas de competencia, la pesca y la gobernanza para vigilar el cumplimiento de los pactos.

Sobre la cuestión pesquera, de importancia fundamental para España y otros siete países, según ha recordado González-Barba, hay "cuatro o cinco" que no ha nombrado para los que su flota depende fuertemente de los caladeros británicos por lo que perder esas posibilidades de pesca sería "inasumible políticamente".