La Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller alemana Angela Merkel, ha aplazado de nuevo la elección de su presidencia, ante la inviabilidad de celebrar ahora el congreso federal que debía definir tanto la jefatura del partido como la candidatura a las elecciones de 2021.

La situación creada por la pandemia "no permite" celebrar el congreso presencial en Stuttgart, previsto para el 4 de diciembre y con los habituales 1.001 delegados del partido, anunció el secretario general de la CDU, Paul Ziemiak.

Tampoco ha prosperado la alternativa de una reunión en formato "híbrido" -es decir, virtual-, sino que se ha optado por aplazar la reunión a principios del próximo año.

La decisión se dio a conocer tras la reunión de la presidencia del partido y después de que ayer se abordara la cuestión con los tres aspirantes al puesto -el primer ministro del Land de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, así como Friedrich Merz, reconocido rival histórico de Merkel, y Norbert Röttgen.

Merz, representante del ala más derechista y sin puestos en el partido, defendía decidir ya la cuestión, en un congreso presencial u en otro formato. Laschet, al frente del "Land" más afectado por la pandemia, favorecía el aplazamiento. Röttgen, al que se considera sin opciones al cargo, tendía asimismo a tomar la decisión ya.

Según medios alemanes, Merz estaba ahora ligeramente mejor situado que Laschet para ganar la elección. La gestión del primer ministro renano al frente de la pandemia ha sido algo errática y alejada de la prudencia que propugna Merkel, pese a que teóricamente es, de los tres, el más fiel a la línea de la canciller.

Difícil sucesión

El aplazamiento del congreso supone una nueva prórroga a la cuestión sucesoria al frente del bloque conservador alemán. La canciller ha dejado claro que no optará a la reelección en las generales previstas para septiembre u octubre de 2021.

La decisión sobre la candidatura se consensúa desde hace décadas entre la CDU y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), a cuyo líder, Markus Söder, se han atribuido aspiraciones a luchar por la cancillería.

Inicialmente, la CDU iba a elegir nueva presidencia en un congreso convocado para el 25 de abril, que se canceló ya por la primera oleada de una pandemia que, en lo político, ha relanzado a Merkel como líder de referencia.

Si hace un año se la veía desgastada en su liderazgo y se vaticinaba incluso un fin prematuro de su cuarto mandato, ahora es la figura política mejor valorada del país.

Con el nuevo aplazamiento del congreso se entra en otro capítulo de incertidumbre en torno a una sucesión que, en 2018, pareció zanjada a favor de Annegret Kramp-Karrenbauer -llamada AKK-, que de secretaria general pasó a ser elegida presidenta como sucesora leal a la línea de Merkel.

AKK renunció a principios de este año a tratar de luchar por la cancillería en 2021, consciente de que no tenía el respaldo de su partido. Ahí anunció que se retiraría de la presidencia de la CDU en cuanto se eligiera su sucesor.

La primera ola de la pandemia impidió la celebración del congreso extraordinario de abril, a lo que ahora siguió el aplazamiento de la siguiente cita, el 4 de diciembre.