Italia teme que las vacaciones de Navidad den al traste con la mejora de la curva de contagios lograda a base de restricciones durante semanas, así que desde hoy ha blindado el mes de diciembre para frenar a un virus que sigue matando a mucha gente.

Si bien es cierto que la situación de los contagios ha mejorado sobremanera en la mayoría de las regiones, también lo es que el coronavirus sigue causando numerosas muertes, en concreto 814 en las últimas veinticuatro horas, uno de los peores datos de la crisis, aunque un día antes se registraron casi mil (993).

Así, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha tenido que tomar cartas en el asunto y anunciar un nuevo decreto con restricciones de cara a la Navidad. Y lo ha hecho, según aseguró ante el país, al sentirse "obligado", sin otra alternativa.

El objetivo es "evitar una tercera oleada" con el Año Nuevo y las limitaciones se centraran en reducir las ocasiones de contagio entre el 21 de diciembre y el 6 de enero.

Italia lleva más de un mes aplicando limitaciones en sus regiones de forma proporcional a las gravedad de los casos, y ahora que la curva se aplana, no quiere bajo ningún concepto que los esfuerzos se desvanezcan, máxime sabiendo la velocidad en la que se dispara la propagación, y las gráficas dan fe de ello: entre febrero y octubre se contagiaron 325.000 personas; desde octubre a ahora, en dos meses, esa cifra se ha quintuplicado hasta casi un millón setecientos mil casos positivos.

En este contexto, la curva da señales de aplanarse, tal y como ha confirmado en su último estudio el Instituto Superior de Sanidad (ISS), pues el índice de velocidad de transmisión (Rt) entre el 11 y el 24 de noviembre era inferior a 1 en 16 de las 20 regiones.

Este viernes, el Ministerio de Sanidad confirma el contagio de 24.099 personas en el último día, una cifra al alza desde el domingo pero muy inferior a las aproximadamente 40.000 de hace solo tres semanas, a mediados de noviembre.

Son datos que invitan al optimismo, según subrayan los analistas, pero que no pueden obviar una realidad distinta: todavía sigue muriendo mucha gente en Italia. El jueves se alcanzó la peor cifra de toda la pandemia, 993 fallecidos en un solo día.

Este viernes el dato tampoco ha sido muy halagüeño: 814 víctimas desde el jueves, una quinta parte en la región de Lombardía, la más poblada del país y epicentro de la emergencia desde su estallido.

Por otro lado, el ISS revela que la presión en los hospitales es aún elevada, si bien está ya a la baja: este viernes permanecían ingresadas 34.767 personas, 602 menos que la víspera, y 3.567 requerían cuidados intensivos, apenas treinta menos.

Decreto con restricciones

Para seguir domando al virus este viernes entró en vigor el mencionado decreto que, entre otras cosas, introduce una cuarentena obligatoria para los italianos y los turistas que entren en el país desde el extranjero entre el 21 de diciembre y el Día de Reyes.

En estas fechas estarán prohibidos los desplazamientos entre regiones, y los días 25, 26 de diciembre y 1 de enero no se podrá salir del municipio.

Permanecerá vigente, hasta nueva orden, un toque de queda entre las 22.00 y las 5.00, con excepción del día de Fin de Año, cuando se ampliará hasta las siete de la madrugada.

Además, los restaurantes de los hoteles estarán cerrados en Noche Vieja y solo se permitirá el servicio de habitaciones: de este modo se trata de aguar eventuales celebraciones secretas que puedan crear nuevos focos de contagio.

En este nuevo decreto Italia seguirá coloreada de tres colores, en función de la gravedad de la situación de sus regiones: amarillo, naranja y rojo.

En las primeras, las de menor riesgo de contagios, los bares, restaurantes o pizzerías estarán abiertos a la hora de la comida hasta las 18.00 y luego solo a domicilio, mientras que en las zonas naranjas y rojas podrán ofrecer comida para llevar hasta las diez.

En estas vacaciones, durante todo el periodo natalicio, los italianos deberán guardar los esquíes pues las estaciones estarán cerradas hasta el 6 de enero, una decisión criticada por los gestores de estas instalaciones de alta montaña.

Beneplácito de los italianos

Estas medidas cuentan con el beneplácito de los italianos, según el último informe anual de la fundación Censis sobre la situación social del país, publicado este viernes.

En concreto el 79,8 por ciento de los encuestados dicen estar a favor del endurecimiento de las restricciones de cara a las vacaciones de Navidad y no verían de mala gana incluso hacerlas más estrictas.

Sin embargo, ya nadie duda de que estas fiestas, las primeras de la pandemia en Italia y Europea, serán atípicas. Seis de cada diez italianos vaticinan unos días "tristes", marcados por la resignación y por el cumplimiento de las reglas para que poder pasar página lo antes posible.