La Fiscalía Nacional Antiterrorista francesa reclamó este martes penas que van desde los cinco años de cárcel hasta la cadena perpetua para los supuestos cómplices de los atentados del 7 al 9 de enero de 2015 contra la revista satírica Charlie Hebdo, un supermercado judío de París y una agente policial.

En esos ataques fueron asesinadas 17 personas. El proceso contra sus colaboradores, ya que los tres autores materiales acabaron abatidos entonces por la policía, comenzó el pasado 2 de septiembre y está previsto que entregue su veredicto el próximo 16 de diciembre.

La cadena perpetua fue solicitada tanto para el principal acusado, Ali Riza Polat, como para uno de los tres que están en orden de busca y captura, Mohammed Belhoucine. Polat, franco-turco de 35 años, es el único al que las autoridades judiciales francesas le reprochan complicidad tanto en el atentado de los hermanos Chérif y Said Kouachi contra Charlie Hebdo como en los dos de Amédy Coulibaly, de quien estaba considerado su mano derecha.

Un hombre de "personalidad volcánica" y que se ha aprovechado de esa carácter temperamental para evitar responder a las preguntas más embarazosas durante sus interrogatorios, según señaló en la audiencia de este martes el fiscal, Jean-Michel Bourlès. "Se ha mostrado impulsivo, intolerante a la contradicción, desbordado, sin filtros. No ha dudado en cortar la palabra, en insultar a los otros detenidos o en amenazar a un testigo", dijo sobre Polat el fiscal, para quien no hay dudas de que el acusado colaboró y tenía "un conocimiento preciso y claro de lo que iba a suceder".

Prueba de ello, según Bourlès, es que su primer reflejo, el 9 de enero de 2015, fue ir a Bélgica "con la intención de huir" ya que temía ser detenido. Líbano, Siria e incluso Tailandia fueron otros de los países de un plan de escape que se truncó con su arresto en marzo de ese año.

Polat es una de las once personas que se han sentado en el banquillo del Tribunal Penal Especial instaurado para este proceso desde septiembre, diez de ellas ya en detención provisional y otra en libertad bajo control judicial. Los otros tres acusados se encuentran bajo orden de busca y captura desde marzo de 2018, incluido Belhoucine y Hayat Boumeddiene, expareja de Coulibaly e ilocalizable desde que huyó a Siria días antes de los ataques.

La Fiscalía solicitó para esta última 30 años de cárcel, diez más que la pena a la que se enfrentaba por participación en una asociación criminal de malhechores con fines terroristas y financiación del terrorismo. Fue la única a la que la condena reclamada superó la prevista, porque en la mayoría de casos, incluidos los de la perpetuidad, la petición de la Fiscalía rebajó o mantuvo los años máximos de encarcelamiento contemplados para ese tipo de crímenes.

La Fiscalía dijo haber tenido en cuenta en su petición la alteración al orden público generada en esos atentados, el hecho de que la ideología yihadista constituye una amenaza "endógena y exógena constante", el grado de implicación y responsabilidad de cada uno o el riesgo existente de reiteración.