Las escuelas y el resto de centros educativos amanecieron este viernes cerrados en Portugal, un país confinado desde hace una semana en medio de una escalada en la pandemia que este viernes dejó, por quinto día consecutivo, un récord de muertos, con 234 decesos.

La interrupción del año lectivo era una línea roja para el Gobierno portugués, que quería evitar a toda costa el cierre de los centros educativos, pero las cifras sin precedentes de los últimos días y el avance de la variante británica -que podría alcanzar una prevalencia del 60 %, según expertos- le ha obligado a recular.

Este viernes se notificaron 234 fallecidos, un nuevo máximo, y 13.987 infecciones, en un país de 10 millones de habitantes que esta semana se ha convertido en el líder mundial de nuevos contagios por millón de habitantes según la media de los últimos 7 días.

En total, desde marzo la pandemia ha dejado 609.136 positivos y 9.920 muertos en Portugal, donde los hospitales están al borde del colapso ante el incesante aumento del número de ingresados.

Este viernes ya son 5.779 personas ingresadas (149 más que ayer), de las cuales 715 están en cuidados intensivos (13 más).

Ante este avance imparable, durante la semana eran cada vez más las voces que pedían el cierre de los colegios, y el Gobierno ha terminado cambiando sus planes iniciales de mantenerlos abiertos para no perturbar el año lectivo.

Sin clases a distancia

Por ahora, se han suspendido las clases durante 15 días, en los que no se impartirá enseñanza online porque la idea es recuperar el tiempo perdido recortando vacaciones en el futuro.

Pero educadores, padres y alumnos se preguntan qué pasará cuando transcurran esos 15 días, especialmente teniendo en cuenta que el confinamiento de Portugal está pensado para alargarse al menos hasta mediados de febrero.

El ministro de Educación, Tiago Brandão Rodrigues, dijo hoy en declaraciones a la prensa tras un consejo informal de la UE que si la situación se alarga, tendrán que buscar "otras soluciones".

Pero aun así, defendió que "la enseñanza a distancia no sustituye completamente a la presencial", y explicó que en este momento es posible interrumpir las clases y pensar en recuperarlas más adelante porque acaba de empezar el segundo trimestre y todavía hay tiempo.

El año pasado, cuando estalló la pandemia y hubo que cerrar los colegios, el curso estaba más avanzado y esa opción no era posible.

Entonces, la mayoría de los alumnos acabaron el curso académico con enseñanza a distancia, a través de plataformas online y de la llamada Telescuela, con contenidos para diversos niveles emitidos por televisión.

Confinamiento

Además del cierre de los centros educativos, también se han suspendido los plazos de los procesos judiciales no urgentes y se han cerrado algunas oficinas de servicios públicos, que se suman a otras medidas decretadas a principios de la semana para endurecer el confinamiento.

En el centro de Lisboa todavía hay movimiento, pero se ha reducido la circulación respecto al primer día del confinamiento, hace justo una semana, cuando se viralizaron imágenes de nutridos grupos de personas en la calle.

A partir de las 20.00 horas de hoy entrará en vigor la prohibición de circular entre municipios sin la debida justificación -como para ir a trabajar si no es posible el teletrabajo o al médico-, que se alargará hasta el lunes, día 25, para evitar desplazamientos durante el fin de semana.

Mientras, avanza el plan de vacunación de Portugal, que en esta primera fase, como en la generalidad de los países europeos, alcanza a los sanitarios y a las residencias.

Este viernes se conoció que hay una propuesta para incluir a los altos cargos públicos en los grupos prioritarios para vacunarse, así como a bomberos y miembros de las Fuerzas Armadas.

"Es esencial proteger a los titulares de altos cargos", explicó el coordinador del grupo de trabajo responsable del plan de vacunación en Portugal, Francisco Ramos, en una entrevista publicada por el semanario luso "Expresso".