Al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, que este viernes cerrará su ronda de consultas para atajar la crisis política, se le ha complicado la búsqueda de una solución y todo indica que necesitará más tiempo, después de que el ex primer ministro y líder de Italia Viva, Matteo Renzi, haya congelado, por el momento, el nombre de Giuseppe Conte al frente de un nuevo gobierno.

Renzi, que forzó la crisis al retirar a su formación Italia Viva de la mayoría gubernamental hace dos semanas, no dio a Mattarella un nombre para liderar el ejecutivo y dijo que, aunque prefiere apoyar un gobierno político, también lo haría con uno institucional, pero que primero sus antiguos socios deben decirles si quieren contar con ellos.

El "jaque" de Renzi aleja la posibilidad de que Conte, dos veces primer ministro con dos mayorías diferentes, pueda volver a formar un tercer Ejecutivo.

Por el momento, durante la jornada de ayer expresaron su apoyo a Conte el Partido Demócrata (PD, centroizquierda) y Libres e Iguales (LeU, izquierda), además del nuevo partido de los "Europeístas" nacido a propósito para respaldar este Ejecutivo.

Pero sin Renzi las cuentas no salen para un tercer Gobierno dirigido por Conte o "Conte-ter".

Según los medios italianos, Renzi apoyaría un mandato al actual presidente de la Cámara de los diputados y exponente del antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S), Roberto Fico, para que emprendiese la búsqueda de una nueva mayoría.

Mattarella cerrará hoy la ronda de consultas recibiendo a la delegación del M5S, que apoya un Ejecutivo con Conte, pero que 'in extremis' también podría abrirse a otra persona de su círculo político.

Mientras, los partidos de la derecha se presentarán unidos ante Mattarella, con los líderes de la Liga, Matteo Salvini y de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, junto al videpresidente de de Forza Italia, Antonio Tajani.

No obstante, en las últimas horas han surgido algunos matices entre ellos, ya que la conservadora Forza Italia se ha mostrado disponible a un Gobierno de unidad nacional, mientras que para la utraderechista Meloni la única salida a esta situación son las elecciones.

Por su parte, el soberanista Salvini se abrió a un posible Gobierno de unidad, pero con la condición de que los actores principales sean los partidos de la derecha.

Estos enrevesados juegos políticos pueden obligar a Mattarella a tomarse más tiempo para comunicar una decisión o incluso se apunta la posibilidad de una nueva ronda de consultas y luego, si las perspectivas siguen siendo las mismas, encargaría a Fico que buscase una nueva mayoría en lo que se denomina "mandato de exploración".